Lectura fácil
Tener un empleo es fundamental para integrarnos socialmente, para ser independientes y para desarrollarnos como personas. Sin embargo, tener unas condiciones de igualdad en el acceso al trabajo sigue siendo uno de los principales retos de las personas con discapacidad, especialmente vulnerables desde el punto de vista laboral.
En España, apenas un 5 % de los trabajadores tiene certificado de discapacidad, y la tasa de desempleo o inactividad entre los miembros de este colectivo en edad laboral supera el 63 %.
Por este motivo, debemos remover la conciencia social en cuanto a formación y empleo. Así que, debes saber que contratar a personas con discapacidad conlleva una serie de beneficios empresariales. Además de la satisfacción personal de contribuir a la inclusión real de este colectivo.
Lo cierto es que hasta ahora hay muchas empresas que solo se limitan a cumplir con la ley, pero en realidad debería ser un impulso para normalizar la contratación de personas con discapacidad. Y es que este es uno de los objetivos de la Economía Social.
Las empresas deben ser valientes y animarse a contratar a personas con discapacidad
La Ley General de la Discapacidad (LGD) exige a las empresas de más de 50 trabajadores la obligación de incorporar en su plantilla un porcentaje de empleados con discapacidad. Este porcentaje, que también se define como "cuota de reserva", debe ser igual o superior al 2 %. En el caso de convocatorias de empleo de la Administración Pública, este porcentaje se eleva hasta el 5 %.
Esta Ley, como decíamos antes, no debe verse como imposición, sino como una "ayuda" para facilitar y normalizar el acceso de las personas con discapacidad al mercado laboral ordinario.
Contratar personas con discapacidad es rentable, justo y responsable
En torno a la LGD, además, se observan otros aspectos legislativos que tienen como objetivo favorecer la integración laboral de los miembros de este colectivo. Algunos de los más importantes son:
- Bonificación en las cuotas de la Seguridad Social
Los contratos para personas con discapacidad están sujetos a importantes reducciones en las cuotas de la Seguridad Social (tienes más información en este enlace).
Para obtener esta bonificación, las empresas deben estar al corriente del cumplimiento de sus obligaciones tributarias y de la Seguridad Social, dar a sus trabajadores de alta en el epígrafe correspondiente, comunicar al Servicio Público de Empleo la contratación en los 10 días siguientes a su contratación y, en el caso de los contratos indefinidos, mantener la estabilidad de estos trabajadores durante un tiempo mínimo de 3 años.
- Ayudas para la adaptación de puestos de trabajo
En caso de necesitar adaptar un puesto de trabajo para una persona con discapacidad, la empresa recibirá una ayuda de hasta 901,52 € que se destinará a la eliminación de barreras o a la dotación de medios de protección personal.
- Deducción de las cuotas del impuesto de sociedades
Contratar a personas con discapacidad también puede implicar una deducción de la cuota íntegra del Impuesto de Sociedades, en la cantidad de 6.000 euros por cada persona/año de incremento del promedio de la plantilla de trabajadores con discapacidad.
Los contratos deben ser indefinidos y superar el porcentaje del 2 % respecto a la plantilla media de trabajadores durante el ejercicio fiscal anterior.
Además, existen otras subvenciones directas, y cada Comunidad Autónoma puede poner en marcha sus propios programas e incentivos para contratar a personas con discapacidad.
Contratar a una persona con discapacidad va más allá de las ventajas fiscales
- Mejora significativa en el cuidado de su imagen.
- Mejora de su autoestima y de la percepción sobre sí mismos.
- Avances en su autonomía personal.
- Mejora de su comunicación.
- Mayor conocimiento de su potencial y de sus limitaciones.
- Adquisición de habilidades para la resolución de problemas en su vida cotidiana.
- Mayor capacidad para observar y comprender el entorno.
- Mayor iniciativa para planificar y desarrollar actividades.
Añadir nuevo comentario