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La próxima Cumbre del Clima, la COP29, se celebrará del 11 al 22 de noviembre en Bakú, la capital de Azerbaiyán. Este evento se considera crucial en la lucha contra el cambio climático, ya que se centrará en un nuevo objetivo global de financiación. A medida que la crisis climática continúa intensificándose, como se ha evidenciado por las devastadoras inundaciones en Europa del Este y el huracán Milton en Estados Unidos, la necesidad de una acción climática más decidida es más urgente que nunca.
Un nuevo objetivo de financiación
La COP29 ha sido denominada la "Cumbre de las Finanzas", subrayando la necesidad de que los países establezcan un nuevo objetivo global para la financiación de la lucha contra el cambio climático. Este nuevo objetivo se enmarca en el contexto de los compromisos establecidos en la COP28, que logró algunos avances significativos, incluido el lanzamiento oficial de un fondo para pérdidas y daños destinados a compensar a los países vulnerables afectados por el cambio climático. No obstante, la comunidad internacional espera que los compromisos previos se amplíen y se hagan más firmes en esta nueva cumbre.
Durante la COP28, se realizó un balance mundial de la acción climática, donde se destacó la importancia de abandonar gradualmente los combustibles fósiles. A pesar de este avance, muchos activistas sostienen que la declaración no fue suficiente para mantener el calentamiento global por debajo de 1.5 ºC.
De cara a la COP29, se espera que los países presenten sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), que son cruciales para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero y que deben renovarse cada cinco años, siendo la próxima ronda en febrero de 2025.
Desafíos en la financiación climática
El antiguo compromiso de movilizar 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a los países en desarrollo a mitigar y adaptarse al cambio climático, establecido en 2009, aún no se ha cumplido de manera consistente.
Solo en 2022 se logró alcanzar este objetivo, pero la cantidad real de financiación necesaria para el clima que requieren los países en desarrollo se estima entre 500.000 millones y más de un billón de dólares al año. En este contexto, la COP29 será una plataforma para que los países desarrollados demuestren su compromiso con un nuevo objetivo colectivo cuantificado de financiación para el clima (NCQG).
Además, durante la cumbre se debatirán cuestiones cruciales, como quiénes serán los donantes y receptores, y qué parte de la financiación provendrá de fuentes públicas y privadas. Se busca que la financiación se enfoque en una base más amplia de contribuyentes, incluidas las naciones capaces de contribuir a los esfuerzos globales. La posición de la Unión Europea también es relevante, ya que se comprometió a continuar movilizando 100.000 millones de dólares al año hasta 2025 y a establecer un nuevo NCQG que sea ambicioso.
La importancia de la acción climática colectiva
El impacto del cambio climático es palpable, y las devastadoras inundaciones en Europa Central y los huracanes en otras regiones son recordatorios constantes de la necesidad urgente de abordar este problema de manera colectiva. La COP29 se perfila como un momento decisivo para que los líderes mundiales asuman la responsabilidad y fortalezcan sus compromisos. Se espera que muchos líderes, incluyendo figuras clave como la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, asistan a la cumbre, aportando ideas sobre cómo hacer la acción climática más equitativa.
A pesar de que algunos líderes financieros han decidido no asistir, la presencia de activistas climáticos y organizaciones de la sociedad civil será fundamental para garantizar que la justicia social y la equidad estén en el centro de la discusión. La COP29 no solo es una oportunidad para discutir la financiación, sino también para sentar las bases de un futuro sostenible, donde la acción climática se lleve a cabo de manera holística y con un enfoque en la justicia.
A medida que nos acercamos a la COP29, la presión aumenta sobre los líderes mundiales para que conviertan las promesas en acciones concretas. La comunidad internacional está atenta, esperando que esta cumbre no solo sirva como una plataforma para discutir los problemas, sino que también establezca un camino claro hacia un futuro más sostenible y responsable. Con un enfoque en la financiación, la acción climática y la justicia social, la COP29 tiene el potencial de marcar un hito en la lucha contra el cambio climático, acercando la retórica a la realidad y ofreciendo esperanza a las naciones más vulnerables que enfrentan los peores efectos de esta crisis global.
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