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El primer ministro británico sale del hospital siete días después de haber sido ingresado, y tardará semanas en recuperarse
Boris Johnson, estaba ingresado en una unidad de cuidados intensivos después de que empeorasen sus síntomas de COVID-19.
Johnson había teletrabajado desde que fue diagnosticado con coronavirus el 27 de marzo.
Tras sus reiteradas negativas al confinamiento, al presidente Johnson está sufriendo los estragos de esta nueva enfermedad. Con ello, la comunidad científica criticó las palabras del británico, que al final cedió en sus intenciones tras ver cómo se dispara el número de contagiados.
Médicos y miembros del Gobierno admitieron, al salir Boris Johnson del hospital por su propio pie, que en un momento dado temieron por su vida y pensaron que sus posibilidades de sobrevivir no eran más del cincuenta por ciento.
Johnson fue trasladado directamente del hospital de Saint Thomas, en Westminster, a Chequers, la mansión de campo cuyo uso disfrutan los primeros ministros británicos desde 1921 en Buckighamshire, sesenta kilómetros al noroeste de Londres.
"Las cosas empeorarán antes de mejorar"
Así comienza el texto que Boris Johnson, de 55 años, dio a conocer el 28 de marzo, y que leyeron todos los habitantes de los hogares del Reino Unido.
En él reconocía que la crisis del coronavirus iba a azotar a al país de manera más contundente de lo previsto. Justo el día antes Boris Johnson anunciaba que había dado positivo en el test de COVID-19 y que se quedaba confinado en su casa.
Desde el pasado domingo 5 de abril por la noche el ministro estuvo ingresado en el hospital St. Thomas de Londres, muy cerca del Parlamento.
Ahora, la inmensa mayoría de británicos, incluso aquellos que no son afines a sus ideales políticos, se alegran de su recuperación.
Es el ministro de Exteriores y primer secretario de Estado, Dominic Raab, quien se ha hecho cargo del comité de la crisis
¿Qué pasaría si Boris Johnson empeorase? La libra se está cayendo desde que se ha agravado su estado.
El Gobierno británico está asediado por el coronavirus con más de diez mil muertes. En el Reino Unido no hay un vicepresidente como en Estados Unidos que ocupa el cargo cuando el presidente no puede hacerlo.
Lo primero que hay que saber es qué pasará con el jefe del gobierno. Si no pudiera continuar, se necesita a alguien que tenga autoridad. Pero no hay un número dos oficial en el Reino Unido ni tampoco una Constitución que establezca a quién le corresponde hacerse cargo.
Por rango sería el primer secretario de Estado quien ha de hacerlo de forma provisional. Dominic Raab, de 46 años, que compitió con May por el liderazgo tory, es el actual ministro de Exteriores.
Muchos pensaban que debería ser Michael Gove, más experimentado, ministro del Gobierno, y competidor de Johnson por el liderazgo conservador, quien se pusiera al frente. Casualmente está en cuarentena preventiva por la enfermedad de un pariente. El titular de Salud, Matt Hanckok, también dio positivo pero ha sido dado de alta.
El gabinete no está unido sobre cómo ha de afrontarse esta enfermedad. La discrepancia más profunda se refiere a cómo y cuándo levantar el confinamiento, que en el Reino Unido es más relajado que en España (se permite hacer deporte y mucha gente aprovecha para tumbarse al sol en los parques).
La tentación de tomar las riendas es grande, dada la gravedad de la crisis, las pugnas entre sus ministros por las consideraciones médicas y económicas, y la magnitud de las decisiones que se avecinan, la primera de todas la de cuándo empezar a aliviar el confinamiento y que la gente empiece a volver al trabajo.
El ministro de Finanzas, Rishi Sunak, advierte que se espera una contracción económica de hasta el 15%, y cuatro millones de parados. Cuando el Gobierno permita la reapertura de bares y restaurantes, muchos habrán cerrado.
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