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El secretario general de la ONU, António Guterres, respecto a la crisis climática, asegura que la humanidad está “muy lejos de evitar una catástrofe climática pese a que el derecho a un medio ambiente sano está ganando terreno”.
Es por ello que insta a los países a reducir un 45 % las emisiones de gases de efecto invernadero en 2030 y lograr la neutralidad de carbono en 2050.
En su mensaje, recogido por Servimedia, Guterres indica que los seres humanos han sido “pobres custodios del frágil hogar que es la Tierra, la cual se enfrenta a una triple crisis planetaria por la alteración del clima, la pérdida de naturaleza y biodiversidad, y la contaminación y los residuos. Esta triple crisis está amenazando el bienestar y la supervivencia de millones de personas en todo el mundo”.
La crisis climática no da más treguas, lo que venga será cada vez peor para frenar
Guterres añade que “los componentes básicos de una vida feliz y saludable están en desorden”, pese a que hace 50 años comenzó un movimiento ambiental global en una conferencia en Estocolmo (Suecia).
Guterres destaca que pueden abordarse “desafíos monumentales actuando juntos. Conviene hacer mucho más y mucho más rápido. Especialmente para evitar una catástrofe climática. Debemos limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados. Estamos muy lejos del camino”, apostilla.
“Los principales emisores deben reducir drásticamente las emisiones a partir de este año. Esto significa acelerar el fin de nuestra adicción a los combustibles fósiles. Y acelerar el despliegue de energías renovables limpias”, sentencia.
Al mismo tiempo, defiende que se debe “invertir rápidamente en adaptación y resiliencia, en particular para los más pobres y vulnerables que menos han contribuido a la crisis climática”.
Según la ONU, cada año el mundo pierde 10 millones de hectáreas de bosques, una extensión similar a Islandia. Los ecosistemas sanos ayudan a proteger a la humanidad de las enfermedades porque la diversidad de especies hace más difícil la propagación de patógenos. Y alrededor de un millón de especies animales y plantas se encuentran en peligro de extinción.
Por otro lado, SEO/BirdLife reclama a las fuerzas políticas, que atiendan a lo que dicen los científicos y "no retrasen más" ni la normativa ni la inversión necesaria para restaurar la naturaleza degradada en España y en la UE debido a la crisis climática.
En particular, apremia a trabajar para que la UE cuente, antes de que acabe el año, con una Ley Europea de Restauración que incluya "objetivos ambiciosos, numéricos, vinculantes, que cubran como mínimo el 15 % de la naturaleza degradada en cada uno de los Estados miembro". En la actualidad, su tramitación está paralizada.
"Naciones Unidas ha dejado claro que solo contamos con este decenio para recuperar el mínimo de naturaleza que precisamos para sobrevivir y hacer frente al impacto de la crisis climática, la desertificación y la contaminación, entre otros problemas ambientales. La comunidad científica, con más que sólidas evidencias, va más allá y apremia a redoblar esfuerzos en restauración. Sin embargo, una vez más, ni las fuerzas políticas ni los sectores económicos que viven de la naturaleza parecen dispuestos a actuar a la altura de la urgencia. Ni España, ni Europa, ni el planeta pueden esperar más”, señala la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz.
Políticas para impulsar comunidades energéticas para la lucha contra la crisis climática
Amigos de la Tierra destaca que "avanzar hacia la soberanía energética basada en fuentes de energía renovable con participación ciudadana es uno de los objetivos principales y el camino a seguir".
"Ahora mismo el Gobierno tiene que lidiar con graves problemas ocasionados por el modelo energético y de consumo actual: desde la crisis climática, hasta el alza de los precios de la energía, así como la dependencia energética del exterior. Prolongar la adicción al gas y a energías fósiles es contraproducente para el conjunto de la ciudadanía y el planeta. Las comunidades energéticas son la llave para asegurar una transición real y poner fin a gran parte de estos conflictos”, recalca Cristina Alonso, responsable de Justicia climática y energía de la organización.
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