Crisis de lactancia: ¿Qué es y cómo saber si estás pasando por ella?

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23/03/2025 - 10:00
Bebé amamantando

Lectura fácil

La crisis de lactancia es un término que muchas madres escuchan durante los primeros meses de vida de su bebé, pero no siempre entienden su significado o la razón detrás de ella. Es un período temporal durante el cual pueden surgir problemas en la lactancia materna, como una aparente reducción de la producción de leche o dificultades para que el bebé se prenda al pecho. Aunque estos episodios pueden resultar angustiantes y confusos para las madres, es importante comprender que son completamente normales y forman parte del proceso natural de la lactancia.

Estas crisis suelen ocurrir en momentos específicos durante los primeros meses de vida del bebé, como en torno a las 3, 6 y 12 semanas. En estas fases, el cuerpo de la madre y el bebé experimentan cambios que pueden generar una sensación de falta de leche o de que la lactancia está en dificultades. Sin embargo, estas crisis son temporales y suelen resolverse con paciencia, apoyo y algunos ajustes en la rutina de lactancia.

Por suerte la mayoría de los bebés experimentan estas situaciones a una edad similar, lo que nos permite entender su comportamiento.

Causas de la crisis de lactancia

Una de las principales causas de la crisis de lactancia es el crecimiento acelerado del bebé. En ciertas etapas, los bebés pasan por un crecimiento rápido que aumenta su demanda de leche, lo que puede llevar a la sensación de que no se tiene suficiente leche. Durante estos picos de crecimiento, el bebé puede querer mamar con más frecuencia, lo que se conoce como "cluster feeding" o alimentación en racimos. Esto puede hacer que las madres sientan que su producción de leche no es suficiente, cuando en realidad es solo un ajuste temporal para satisfacer las necesidades del bebé.

Otra causa común de la crisis de lactancia es la adaptación del cuerpo de la madre a la demanda del bebé. Durante los primeros días y semanas de lactancia, la producción de leche se ajusta al ritmo del bebé, y esto puede generar momentos en los que la madre sienta que su suministro es escaso. Además, factores como el cansancio, el estrés o la falta de apoyo también pueden influir en la percepción de que la lactancia está siendo difícil.

¿Cuántas crisis de lactancia hay?

  • A los 17-20 días de vida

Los bebés suelen ser bastante regulares los primeros días de vida, suelen comer y dormir en ciclos bastante regulares y previsibles.

Llegada la tercera semana de vida los bebés experimentan la primera crisis de demanda y su comportamiento se modifica:

  1. Quieren mamar de manera continua, lo que puede traducirse en no soltar el pecho o comer cada 30 minutos.
  2. Llorar desesperados si no tiene el pecho en la boca.
  3. Regurgitan leche en cantidades considerables pero quieren seguir mamando.
  • A las 6-7 semanas de vida

Hacia el mes y medio de vida, los bebés y sus madres viven la segunda gran crisis de lactancia. De nuevo, el niño necesita más volumen de leche y sabe perfectamente cómo conseguirlo:

  1. Incremento de la demanda y del número de tomas
  2. Conducta alterada por parte del niño cuando está en el pecho: se pone muy nervioso, mama dando tirones, llora en el pecho, arquea la espalda (con el pezón en la boca), tensa las piernas.
  • A los 3 meses

La llamada «crisis de los 3 meses» es quizá la más “delicada” y compleja, ya que afecta a la madre y al bebé y la situación tarda un mes, aproximadamente, en encauzarse:

  1. El bebé ya no pide pecho tan a menudo, algo que la madre puede interpretar de diversas formas: no tiene hambre, no quiere comer o la rechaza.
  2. El niño que antes se mostraba encantado de pasar largo rato prendido al pecho hace ahora tomas de escasos minutos.
  3. La madre nota los pechos blandos, lo que atribuye a una producción insuficiente de leche.
  4. El bebé hace tomas caóticas, en las que se distrae por cualquier cosa y a menudo rompe a llorar al poco rato de haber empezado a mamar.
  5. Solo parece mamar bien y tranquilo cuando está dormido.
  6. El bebé engorda menos, lo cual es perfectamente normal a medida que crecen pero puede reforzar la sensación de que pasa hambre.
  7. A menudo, hay una disminución en la frecuencia de las deposiciones del bebé (si hasta entonces hacían caca varias veces al día, pueden pasar a hacer sólo una o incluso pasar varios días sin ir de vientre). Puesto que las deposiciones también suelen interpretarse como medidores de la ingesta de leche, la madre puede interpretar esta menor frecuencia en las deposiciones como señal de una ingesta insuficiente.
  • Al año de vida

Llegar al año de lactancia es todo un éxito y no en muchas ocasiones no suele ser nada fácil, ya que las madres se suelen ver sometidas a una presión constante por parte de la sociedad y en ocasiones por los sanitarios; que consideran que el bebé ya es demasiado mayor para seguir mamando y opinan que la lactancia interfiere en su relación con la comida y sugieren de manera errónea que si se les deja de dar el pecho van a comer más, pero no es así que al llegar al llegar al año y de manera habitual:

  1. Los bebés dejan de mostrar interés por los alimentos o comen pequeñas cantidades de ciertos alimentos
  2. Aumentan la demanda del pecho
  • A los dos años de vida

Las recomendaciones gubernamentales relacionadas con la protección y la promoción de la lactancia materna animan a todas las madres a mantener la lactancia junto con alimentos un mínimo de dos años.

Cada vez más madres llegan a esta etapa de lactancia y sorprendentemente a los dos años espera la última gran crisis:

  1. Los niños demandan el pecho de manera continua, con unos requerimientos e intensidad similar a las de un recién nacido.
  2. Demandan el pecho de manera nerviosa y a veces inquisitiva.
  3. Si la madre les niega el pecho o intenta aplazar la toma el bebé no se lo toma nada bien.
  • Falsas crisis: 4 meses y 8 meses

Cuando el bebé se muestra más demandante o se despierta más por las noches la lactancia suele ser declarada culpable. Y esto es justo lo que sucede a los 4 y a los 8 meses:

  • 4 meses: Los bebés empiezan a despertar más por la noche, si dormían varias horas de noche seguidas aumenta la demanda de pecho y piden cada dos horas de noche.
  • 8 meses: Se despiertan angustiados, llorando en plena noche, reclaman el pecho y se calman rápidamente al mamar.

Cómo superar una crisis de este tipo

Superar una crisis de lactancia requiere tiempo, paciencia y una serie de ajustes en la rutina diaria. Uno de los primeros pasos es mantener la calma y recordar que estas crisis son temporales. La madre debe intentar seguir ofreciendo el pecho con frecuencia, ya que esto estimula la producción de leche. El contacto piel con piel también es útil, ya que puede ayudar tanto a la madre como al bebé a relajarse y fortalecer el vínculo.

Además, es fundamental buscar apoyo de profesionales de la lactancia, como consultores de lactancia, que puedan guiar a la madre en el proceso y asegurar que el bebé está mamando correctamente. También se recomienda descansar siempre que sea posible y mantenerse bien hidratada para apoyar la producción de leche.

Si la madre está experimentando dificultades adicionales, como dolor o problemas de agarre, es importante resolver estos problemas lo antes posible, ya que pueden empeorar la crisis del lactante. Con el apoyo adecuado y tiempo, la mayoría de las madres superan estas dificultades y continúan con una lactancia exitosa.

La importancia del apoyo y la paciencia

Estas crisis con un momento desafiante pero completamente natural en el camino de la lactancia materna. Es fundamental recordar que estos episodios son temporales y que la persistencia, junto con el apoyo adecuado, puede ayudar a superarlos.

Las madres deben confiar en su cuerpo y en el proceso, y buscar el apoyo necesario para continuar con la lactancia materna, que es una experiencia invaluable tanto para ellas como para sus bebés.

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