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Las hojas de otoño u hojarasca, suponen un microcosmos de biodiversidad que es mejor que dejemos dónde lo hemos encontrado.
Esta alfombra natural que cubre los suelos durante la llegada de esta época tan dorada, supone un sustento para más de la mitad de toda la vida del planeta.
Y es que debajo de ellas, podemos encontrar pequeños reptiles y ranas, así como invertebrados, como los lentos caracoles, las lombrices de tierra y otras especies altamente necesarias para el ecosistema.
Hojas de otoño, razones más que suficientes para que no las quites y las quemes
Los invertebrados se comen las hojas de otoño y la descomponen en trozos más pequeños, de los que bacterias y hongos los descomponen y crean nutrientes valiosísimos, como son el nitrógeno, calcio y azufre, que sirven de alimentos para árboles y otras plantas.
La caída de las hojas de otoño forma parte de un ciclo vital, pues esta materia vegetal muerta se transforma en sustento para los diferentes vegetales que se dan en los ecosistemas terrestres.
Bajo las hojas de otoño se da un mundo microscópico repleto de actividad y de vida. La hojarasca se compone por: hojas, flores, corteza, semillas y pequeñas ramas.
Además, un estudio reciente expone que las hojas de otoño sirven de refuerzo a la biodiversidad de los ecosistemas, porque hacen que el suelo sea más fértil, y reducen el riesgo de patógenos que dejan los animales.
En la hojarasca pasa por tres niveles hasta su descomposición:
- Primer nivel: la hojarasca en general.
- Segundo nivel: Hojas en descomposición, conocida como capa de fermentación
- Tercer nivel: la capa podrida, que está formada por una materia orgánica, espesa y oscura que se llama humus, lo que sirve como abono para las plantas y otros vegetales.
"El sistema del suelo contiene el componente mineral, que es la arena, el limo y la arcilla. También tiene espacios llenos de aire o agua y materia orgánica. Y un componente vivo, como las lombrices, los hongos y las bacterias. Es bueno referirse al suelo como un sistema complejo, más que como una entidad única", detalla Sue Barton, científica especializada en plantas y suelos de la Universidad de Delaware (Estados Unidos).
Las hojas de otoño no solo sirven de sustento para pequeños invertebrados y vegetales, sino que al llegar los meses de invierno, una gran parte de la fauna lo utiliza como refugio o escondite.
Esto es lo que podemos hacer con la hojarasca de nuestros jardín
Así, los expertos recomiendan recoger las hojas de otoño y colocarlas en los parterres de plantas o compostar esa hojarasca para luego depositarla en las macetas o en el mismo césped para que sirva como abono.
Si que es bueno retirarlas del césped, porque evitan que la luz incida y este vegetal lleve a cabo la fotosíntesis, por lo que también recomiendan usar un cortacésped triturador para desmenuzar esas hojas en trozos pequeños.
Las hojas de otoño en su última etapa, mejorar la calidad del suelo, por lo que tanto el césped como las plantas de macetas y parterres se verán mejor y obtendrán mayor calidad de vida.
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