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La depresión es un trastorno mental mucho más común de lo que pensamos. De hecho, esta enfermedad afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Una de cada veinte personas en España sufre una depresión y es el cuarto país europeo con mayor índice de esta enfermedad”, indica Ivan Eguzquiza. El psicólogo y vocal del Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla-La Mancha ha explicado cuál es la situación de esta enfermedad en España, así como sus principales características.
Las causas de la depresión son diversas. Puede darse por factores médicos o neurológicos, crisis vitales, dificultades de adaptación a los cambios en edades críticas (los adolescentes, por ejemplo) o por mecanismos de afrontamiento que determinadas personas no han aprendido en la infancia.
El perfil del paciente con depresión
Aunque parezca extraño, cada vez son más los adolescentes que sufren depresión. “Esto es algo especialmente preocupante porque tienen que enfrentarse a una situación de vida que incluye situaciones especiales para ellos donde experimentan muchos sentimientos de estrés o cambios en su cuerpo”, indica. Hablamos de una edad en la que además de la presión social, la necesidad de ser aceptados por el entorno juegan un papel importante.
En este contexto, son más susceptibles de sufrir depresión las víctimas de abuso sexual o físico. No hay que perder de vista a los adolescentes que pasan o han pasado por conflictos familiares en los que se tiene poca capacidad de reacción.
Asimismo, hay personas más vulnerables a padecer este trastorno debido a su forma de afrontar los problemas. Y es que según el experto, se calcula que entorno a un 15% de la población sufrirá depresión a lo largo de su vida.
Dejando a un lado a los más jóvenes, la depresión también es incipiente en la tercera edad. Porque el sentimiento de soledad y las dolencias crónicas agravadas por el paso de los años son los dos indicadores principales del suicidio entre los ancianos.
Un tema tabú por tradición del que hay que hablar
El suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes en todo el mundo, y la primera en España. Por desgracia, los episodios más graves de depresión acaban en suicidio.
“Estamos haciendo mal unas cuantas cosas como no hablar de ello. Tradicionalmente ha sido un tema tabú en los medios de comunicación bajo el dogma de que si se hablaba de ello facilitábamos el suicidio porque lo normalizábamos, pero tendríamos que preguntarnos si no deberíamos hablar de ello para tomar una mayor conciencia”, reflexiona Eguzquiza.
En este sentido, es muy necesario que las personas que atraviesan por un periodo de depresión sepan que tienen recursos, que no van a ser juzgadas y que tienen a expertos a su disposición para ayudarlos. De hecho, hay quienes proponen la creación de un teléfono de ayuda a las personas con depresión.
La función de los antidepresivos
Uno de los datos que certifican que la depresión es una enfermedad cada vez más tratada es la toma de antidepresivos. Bien, esta ha aumentado un 15% desde 2012. España se sitúa ya como la décima potencia en el mundo por delante de Noruega o Alemania.
“Los antidepresivos por supuesto que ayudan y son un complemento ideal a la terapia, pero muchas veces optamos por una sobremedicalización”, advierte el psicólogo.
Ante una situación depresiva, recurrir a los medicamentos es la opción más rápida. Sin embargo, esto no es recomendable a no ser que se trate de una situación muy grave.
Y es que, el abuso de los antidepresivos nos limita a la hora de hacer frente a los contratiempos, aguantar épocas de estrés o aprender de las dificultades. Esto significa que nos acostumbramos a "solucionar" los problemas con medicamentos.
La depresión como círculo vicioso
La OMS advierte que la depresión puede convertirse en un problema de salud serio teniendo en cuenta que estamos hablando ya de depresión de larga duración. Por ello, tenemos que plantearnos si antes de recurrir a cualquier elemento químico tenemos que aprender a trabajar mejor nuestros propios recursos.
Lo complicado de la depresión es que se caiga en un círculo vicioso del que es imposible salir. Porque no solo afecta al enfermo, sino también a las personas que lo rodean como familiares, pareja y amigos. Es por ello que en el caso de las personas con hijos, los altos niveles de estrés someten también a sus descendientes.
Las consecuencias son muchas. Una persona con este trastorno está incapacitado para tener una vida autónoma, tener un trabajo y llevar una vida personal y profesional apropiada.
Por estas razones, frente a la depresión, la información y la concienciación son dos armas fundamentales para no juzgar erróneamente a los que padecen esta patología.
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