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Cada año, se desechan 14 millones de toneladas de residuos electrónicos en contenedores de basura domésticos, una cantidad equivalente al peso de unos 24.000 aviones de pasajeros. Esta alarmante cifra, revelada en el último informe Global E-Waste Monitor 2024 del Foro de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (WEEE), con sede en Bruselas, destaca la gravedad del mal manejo de estos dispositivos que contienen materiales preciosos y escasos.
Además de su impacto ambiental directo, estos desechos representan una pérdida considerable de recursos, incluyendo millones de kilogramos de metales valiosos como el cobalto y el aluminio, necesarios para la industria tecnológica. La recuperación y correcta gestión de estos materiales se ha convertido en una prioridad mundial para reducir los efectos negativos de los desechos electrónicos.
Residuo electrónico: 29 kg por hogar y una oportunidad de recuperación
Según el Global E-Waste Monitor, en promedio, cada hogar genera alrededor de 29 kg de desechos electrónicos al año, contribuyendo a las 62 mil millones de toneladas de residuos generadas globalmente. Estos dispositivos contienen unos 4 mil millones de kilogramos de metales, entre ellos, 34 millones de kilogramos de cobalto y 3.9 mil millones de kilogramos de aluminio, ambos cruciales para mantener el flujo de la producción de nuevos dispositivos electrónicos.
Sin embargo, solo el 1 % de las necesidades globales de estas materias primas críticas se cubren con el reciclaje actual. Para mejorar esta situación, la nueva Ley de Materias Primas Críticas de la Unión Europea establece que este porcentaje debería subir al 25 %, una meta clave para reducir la dependencia de recursos nuevos y fomentar un sistema de producción más sostenible y responsable.
Reducir emisiones de CO2 y cuidar el planeta con el reciclaje de desechos electrónicos
La correcta gestión de los desechos electrónicos también ofrece un beneficio importante en términos de reducción de emisiones de dióxido de carbono.
Pascal Leroy, director general del Foro WEEE, afirma que los cigarrillos electrónicos desechados, por ejemplo, contienen suficiente litio como para alimentar 15.000 coches eléctricos.
Si todos los residuos electrónicos fueran gestionados adecuadamente, se podría evitar la emisión de hasta 93 millones de toneladas de CO2 anuales, lo cual equivale a retirar 20 millones de automóviles de circulación. Además, se estima que el 80 % de la población mundial posee un teléfono móvil y que en Europa, en promedio, hay alrededor de 74 dispositivos electrónicos por hogar, muchos de los cuales permanecen sin uso. Estas cifras resaltan la importancia de fomentar una cultura de reciclaje entre los consumidores y de garantizar que cada dispositivo al final de su vida útil sea correctamente reciclado.
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