Lidl reducirá el desperdicio alimentario en un 50 % hasta 2030, ¿cómo lo conseguirá?

Lidl celebra la Semana contra el Desperdicio Alimentario anunciando que pretende reducir el desperdicio de alimentos en un 30 % hasta 2025 y en un 50 % hasta 2030, con 2020 como año base para hacer el cálculo.

Tres de cada cuatro hogares españoles tiraron a la basura comida y bebida en el año 2020, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Esto arroja una media de 31 kilos/litros por persona de desperdicio alimentario, según recoge el portal Corresponsables, que informa que la compañía implementará medidas con objetivos propios en línea con la Directiva (UE) 2018/98/CE de la Unión Europea para reducir los residuos alimentarios y comprometerse así con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Naciones Unidas.

En concreto, el apartado 3 del Objetivo 12: Promoción y consumo responsables incide en que hay que reducir a la mitad hasta 2030 el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a las cosechas". 

Las medidas de Lidl contra el desperdicio alimentario

El pasado mes de junio Lidl se convirtió en primer y único supermercado en lograr la certificación de Bureau Veritas sobre el sistema de gestión para minimizar el desperdicio de alimentos (SG-MDA). Entre las medidas de carácter preventivo, Corresponsables destaca la "eficiente" planificación y gestión de su surtido con pedidos optimizados y ajustados, para lo que cuenta con un sistema automatizado “autodispo” para hacer los pedidos que abastecen sus tiendas y permiten optimizar las cantidades de mercancía presentes en sus lineales en función de su rotación. 

Descuentos y donaciones

De este modo los establecimientos tienen siempre los artículos que se venderán mientras minimizan "al máximo" el stock sobrante. Asimismo, Lidl controla diariamente las fechas y aplica entre un 30 % y 50 % de descuento en artículos cuya fecha de retirada sea próxima para potenciar su venta.

La empresa cuenta también con recursos post-venta para productos que están próximos a su fecha de caducidad y carecen de valor comercial no siendo aptos para su venta pero sí para su consumo. A este respecto, Lidl dona de forma permanente y continuada productos en el 75 % de sus tiendas cooperando con unas 40 ONGs locales, con el compromiso de cubrir el 100 % hasta finales de 2021.

Solo en el último año, Lidl donó más de 2 millones de kg de alimentos, según Corresponsables.

Segunda vida para otros productos y concienciación

La compañía busca una segunda vida para el excedente de algunos productos como su carne, que se destina a harinas para alimentos de mascotas, biogás o valorización energética para evitar el desperdicio alimentario.

Por otro lado, es la única empresa que trabaja con Residuo Cero en todas sus plataformas logísticas de la península. Esto acredita la gestión, clasificación, valorización y recuperación tanto de los desperdicios generados en los propios almacenes como los que retornan de las tiendas.

Asimismo, Lidl también lleva a cabo acciones de concienciación para hacer un buen uso de los alimentos, como muestra por ejemplo el listado de recetas de aprovechamiento que despliegan en su propia web, o su participación en la IV edición de la “Semana Contra el Desperdicio Alimentario” liderada por AECOC.

Hay que ser firmes contra el desperdicio alimentario

La directiva de la UE en materia de desperdicio alimentario hace especial mención a la necesidad de fomentar la economía circular en aras de alcanzar una gestión sostenible de las materias que ayude a mejorar la calidad del medio ambiente y proteger la salud humana.

En lo que respecta a la generación de residuos, la UE establece que los países miembros deben adoptar medidas que:

• respalden los modelos de producción y consumo sostenibles;
• fomenten el diseño, la fabricación y el uso de productos que sean eficientes en el uso de recursos, duraderos, reparables, reutilizables y actualizables;
• tengan por objetivo productos que contengan materias primas fundamentales a fin de prevenir que esos materiales se conviertan en residuos;
• fomenten la disponibilidad de piezas de repuesto, manuales de instrucciones, información técnica u otros medios que permitan reparar y reutilizar productos sin poner en riesgo su calidad y su seguridad;
• reduzcan la generación de residuos alimentarios como contribución a los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas para reducir en un 50 % los residuos alimentarios per cápita a escala mundial en el plano de la venta minorista y de los consumidores, y reducir las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro para 2030;
• fomenten la reducción del contenido de sustancias peligrosas en materiales y productos;
• frenen la generación de desechos marinos.

Resulta un drama ver cómo a este lado del mundo tiramos comida mientras en lugares como Somalia, Afganistán, Sudán del Sur y tantos otros países en desarrollo mueren personas a diario por hambre y desnutrición. Se calcula que hay 800 millones de personas en el mundo que pasan hambre a diario. Todos los supermercados y comercios de alimentos deberían impulsar programas para evitar el desperdicio alimentario.