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En los textos en los que el filósofo griego Platón describía y organizaba su República ideal, lo que hoy hemos adaptado para construir las democracias que conocemos hoy en día, ya incluía un puesto especial para un grupo de encargados de mantener el orden y la paz en la ciudad. Esta idea fue evolucionando hasta constituir lo que hoy conocemos como las Fueras y Cuerpos de seguridad del Estado, en el que la Policía tiene un papel muy especial.
En España, la Policía se divide principalmente en dos grupos, Nacional y Local, con diferente jurisdicción pero con el mismo objetivo: Servir y proteger. Esta idea y objetivo, ha hecho que el desarrollo y el estado de bienestar se asienten en las ciudades y las comunidades, al otorgar un elemento clave para el crecimiento; la seguridad. Pero ejercer esta profesión no es nada sencillo y por supuesto se comenten errores, sin embargo, son esenciales para la democracia.
Día Internacional de la Policía
Un 2 de enero de 1927, un grupo de presos del Penal de Andónegui, en Tamaulipa, México, inició un motín que acabaría con la vida de decenas de policías. En 1932, el Estado de México decidió proclamar ese día como el Día del Gendarme, en honor a los policías en servicio que habían perdido sus vidas ese día. Más adelante, llegaría lo que hoy conocemos como el Día Internacional de la Policía, una fecha señalada en los calendarios de diferentes países para rendir homenaje a esta figura.
Un homenaje que no solo se centra en recordar a los caídos en acto de servicio, sino que también busca visibilizar el papel de la Policía en su día a día, recordándonos que son más esenciales de lo que en un primer momento podemos llegar a pensar, para desarrollarnos a diario en las ciudades y comunidades.
Desde poder renunciar un robo, pasando por la desarticulación de redes criminales o el ser atendidos en una situación de emergencia, como fue el caso de la pandemia de coronavirus de 2020, en el que su trabajo fue esencial, el cuerpo de policías debe estar allí para prestarnos servicio.
Un servicio con riesgos
Sin embargo, la profesión de policía no se queda exenta ni de polémicas ni de riesgos. Para ejercer su labor, estos profesionales deben cumplir con una serie de valores, como la honestidad, el respeto a las leyes y la actitud de servir. En ocasiones, por la corrupción o una mala actuación, estos valores se incumplen y la imagen de estos trabajadores del Estado se ve manchada.
Pero no es la única dificultad a la que debe enfrentarse un/a policía, quizá la más importante sean las situaciones que ponen en riesgo su propia vida. Enfrentarse al crimen organizado, realizar rescates de situaciones complejas o frenar una reyerta, son escenarios que también deben contemplar en su día a día.
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