Mejorar nuestra calidad del sueño puede ser posible a través del reenfoque cognitivo, que trabaja de forma directa con nuestros pensamientos previos a dormir.
Dormir bien afecta directamente a procesos fisiológicos, como la consolidación de la memoria, la regulación hormonal, el control de la respuesta inmune e inflamatoria, la regularización vascular, etc.