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Un equipo de científicos dirigido por Salvador Martínez, del Instituto de Neurociencias de Alicante (IN), ha descubierto que los dientes de leche pueden producir células neuronales. Este hallazgo ofrece perspectivas para desarrollar terapias personalizadas dirigidas a niños con enfermedades raras del sistema nervioso, como autismo, leucodistrofias y síndrome de Rett. Las células madre de la cresta neural, presentes en la pulpa dental de los dientes, son la clave de este avance.
Un grupo de científicos descubre que los dientes de leche pueden ayudar a diseñar terapias para las enfermedades raras
Un grupo de científicos, liderado por Salvador Martínez del Instituto de Neurociencias de Alicante (IN), ha descubierto que los dientes de leche pueden ser una fuente valiosa de células neuronales. Este hallazgo abre nuevas posibilidades para diseñar terapias personalizadas dirigidas a niños que padecen enfermedades raras del sistema nervioso, como el autismo, las leucodistrofias y el síndrome de Rett.
Martínez explica que extraer células de los dientes de leche es un proceso no invasivo, ya que estos se desechan naturalmente durante el cambio de dientes en la infancia. Estas células, obtenidas de manera sencilla, pueden ser utilizadas en cultivos celulares (“in vitro”), evitando procedimientos más invasivos como biopsias en pacientes jóvenes.
Este descubrimiento facilita la creación de modelos celulares de neuronas humanas afectadas por enfermedades raras, permitiendo a los científicos estudiar y trabajar con ellas en placas de cultivo. Esto allana el camino para el desarrollo de terapias celulares específicas para cada caso, ofreciendo nuevas esperanzas para pacientes con condiciones neurológicas difíciles de tratar.
El Proyecto “Ratoncito Pérez” de las enfermedades raras
Un grupo diverso de investigadores, incluyendo al neuropediatra Francisco Carratalá del hospital de San Juan de Alicante, Marta Martínez y Carlos Bueno del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB), y Claudia Pérez del Instituto de Neurociencias (IN-UMH-CSIC), se han unido en un proyecto con el nombre de “Ratoncito Pérez” de las enfermedades raras. El objetivo principal es comprender los mecanismos subyacentes a las enfermedades genéticas vinculadas a la neurodegeneración y la discapacidad intelectual, así como probar nuevas soluciones terapéuticas.
Este proyecto involucra la creación de un banco de células de dientes de leche afectados por enfermedades raras. Este banco facilita la adquisición de muestras para los investigadores interesados en desarrollar posibles terapias.
Los dientes son clave para fines científicos
Los dientes de leche suelen caerse naturalmente entre los 5 y 11 años de edad, pero es crucial que las familias de los niños diagnosticados con enfermedades raras estén preparadas y actúen con rapidez.
Para aprovechar estos dientes de leche con fines científicos, es necesario que la familia evite que la pieza se seque. Deben recolectarla rápidamente y llevarla al laboratorio en un plazo corto o conservarla en frío, en la nevera, durante hasta tres días en una bolsa con la saliva del niño.
Este proceso permitiría utilizar estos valiosos recursos biológicos para avanzar en la comprensión y el tratamiento de enfermedades raras asociadas con la neurodegeneración y la discapacidad intelectual.
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