Los expertos en psicología insisten en la situación que viven muchos familiares cuando ven a uno de los suyos con Alzheimer. Así, señalan que su duelo es mucho más lento y doloroso, incluso desde la detección de la enfermedad.
En la percepción del dolor influyen, además de factores físicos, factores psicológicos y emocionales. Evitar el estrés, dormir bien o hacer ejercicio puede ayudar a gestionar el dolor.