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Con motivo del Día Internacional de la Educación, celebrado el 24 de enero, la organización Educo ha puesto el foco en los desafíos que enfrenta el sistema educativo en España ante fenómenos extremos derivados del cambio climático. Las lluvias torrenciales e inundaciones provocadas por la dana del pasado octubre han dejado en evidencia la vulnerabilidad de las escuelas y otros centros educativos frente a estas crisis.
Según Educo, la creciente intensidad y frecuencia de estos eventos climáticos exige una preparación más sólida para garantizar el derecho a la educación y la seguridad de los menores en las escuelas.
La amenaza de las inundaciones para las escuelas y otro tipo de centros educativos
Expertos advierten que las lluvias intensas, que antes eran excepcionales, ahora son un 12 % más fuertes y el doble de probables debido al calentamiento global.
En este contexto, resulta preocupante que en España haya casi mil colegios situados en áreas propensas a inundaciones, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica. Esto plantea un desafío significativo para proteger tanto a los estudiantes en las escuelas como la continuidad de su aprendizaje en situaciones de emergencia.
Educo ha reconocido como positivas algunas de las acciones recientes del Gobierno para enfrentar estas problemáticas, como el diseño de un plan que busca garantizar la continuidad educativa en casos de crisis, ya sea por eventos climáticos extremos, como las danas, o situaciones sanitarias, como la pandemia de la COVID-19 en 2020. Sin embargo, la organización insiste en que aún hay aspectos clave que no están suficientemente contemplados.
Pilar Orenes, directora general de Educo, subraya que los fenómenos meteorológicos extremos serán cada vez más frecuentes e intensos. Por ello, considera urgente que se implementen políticas más sólidas que aseguren la educación en emergencias y preparen a los menores para enfrentarlas aunque no haya escuelas físicas. Para Orenes, garantizar el derecho a la educación en contextos de crisis no es solo un desafío inmediato, sino un compromiso fundamental con el futuro de la sociedad.
A nivel global, el panorama también es preocupante. De acuerdo con datos de Education Cannot Wait, 224 millones de niños y adolescentes ven afectada su educación por emergencias, y 72 millones de ellos no asisten a las escuelas. Educo destaca que interrumpir la educación no solo tiene consecuencias negativas para los menores, sino también para el desarrollo social y económico de los países. Además, en crisis humanitarias, apenas uno de cada diez estudiantes logra completar la educación primaria, lo que aumenta el riesgo de perpetuar el ciclo de pobreza.
La importancia de invertir en educación durante emergencias
Frente a esta realidad, Educo hace un llamado a los gobiernos para priorizar la inversión en educación, especialmente en contextos de emergencia. Según la organización, los países afectados deberían destinar entre un 4 y un 6 % de su PIB a este sector, mientras que los donantes internacionales deberían aumentar su contribución al 10 % de la ayuda humanitaria y al 20 % de la ayuda oficial al desarrollo.
Con el fin de sensibilizar a la ciudadanía, Educo ha lanzado la campaña “Sí quiero ir a la escuela” en redes sociales, que también se implementará en colegios de España y El Salvador. Esta iniciativa busca destacar la importancia de garantizar el acceso a la educación y a las escuelas, incluso en situaciones adversas, como una herramienta clave para la protección de la infancia y el progreso de las comunidades.
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