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La educación es un derecho para todos los niños y adolescentes. No obstante, después de superar obstáculos burocráticos en Primaria y Secundaria, muchos se enfrentan a grandes dificultades para acceder a Bachillerato. Esta situación les limita el acceso a estudios superiores, aunque estén capacitados. ¿La educación inclusiva se desvanece en Bachillerato? Para entenderlo, primero debemos definirla.
Según el Ministerio de Educación, la educación inclusiva busca la equidad para todo el alumnado, con transformaciones en el sistema educativo y es una meta que abarca a todos, como señala también la UNESCO.
La educación, un derecho fundamental para todos los niños
La educación es un derecho fundamental para todos los niños y adolescentes, pero muchos con discapacidad encuentran grandes obstáculos al llegar al Bachillerato, a pesar de haber superado Primaria y Secundaria en centros escolares comunes. Este problema les impide continuar con estudios superiores, aunque estén preparados para ello.
Varios expertos de Irisbond, una empresa especializada en tecnologías de comunicación alternativa, afirman que hasta ahora ningún niño con parálisis cerebral ha podido cursar Bachillerato en España, lo que evidencia una importante carencia de apoyos y adaptaciones en esta fase educativa.
Los estudiantes con discapacidades enfrentan dos principales desafíos: acceder al currículo académico, para lo cual necesitan adaptaciones y tecnologías específicas, e integrarse socialmente, donde es vital fomentar un ambiente inclusivo y de comprensión entre compañeros.
Las oportunidades de los niños con discapacidad para acceder a Bachillerato se desvanecen
Los niños con discapacidad que no logran acceder a Bachillerato suelen tener como principal alternativa los centros ocupacionales de día. Sin embargo, en la actualidad no cuentan con todas las medidas y oportunidades en comparación a sus inicios.
Todos estos centros están diseñados para ofrecer actividades y formación ocupacional, pero Ruth, madre de Gema Canales, lamenta que las oportunidades en estos espacios son considerablemente más limitadas en comparación con lo que podrían obtener en un entorno educativo inclusivo, como el Bachillerato o la formación profesional adecuada.
En los centros ocupacionales, aunque se fomenta el desarrollo de habilidades para la vida diaria y se realizan actividades orientadas al ocio y al ámbito laboral, el nivel de formación académica y las posibilidades de integración social y profesional son reducidos.
Esta situación conlleva que muchos de estos niños pierdan la valiosa oportunidad de avanzar en su formación académica. Sin acceso al Bachillerato, no solo se limita su educación formal, sino que también se restringe su capacidad para desarrollar habilidades fundamentales que son esenciales para su vida adulta.
La falta de oportunidades en la educación impide que estos jóvenes adquieran competencias que podrían facilitar su autonomía, tanto en el ámbito personal como profesional. Sin una forma de educar adecuada, es probable que enfrenten desafíos adicionales al intentar integrarse en la sociedad, lo que puede afectar su autoestima y limitar su participación en actividades laborales y sociales.
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