¿Cómo podemos gestionar nuestro ego? ¿Es algo perjudicial para nosotros y el resto de la sociedad?

En términos generales, hablar sobre el ego es algo relacionado con la arrogancia, la falta de humildad, pero también es necesario tenerlo para poder valorar nuestra persona. Sin embargo, es importante saber gestionarlo y actuar de la mejor forma para no dañar al resto.

¿Qué entendemos por ego personal?

Hablar sobre el ego de otra persona es algo que nos conmueve por dentro. Cuando una persona se muestra egocéntrica, normalmente pensamos en la arrogancia y en la falta de humildad, una persona que muestra conductas autorreferenciales y que perjudica las relaciones. A pesar de ello, no siempre es así.

El ego se ha estudiado desde diferentes ámbitos de la vida y los estudios. En psicología, este hecho suele referirse a la máscara que todos llevamos y que se vuelve necesaria de cara al resto de la sociedad.

El problema de mostrar este sentimiento es que, a veces, solemos depositar nuestro orgullo y mal carácter en él, por lo que puede terminar perjudicando a quienes nos rodean.

Aun así, no hay nada de malo por mostrar a los demás el orgullo que sentimos sobre nosotros mismos o sobre lo que nos rodea. Lo distintos sería utilizar esto en el día a día, es decir, buscar que todo el mundo exprese la misma idea hacia ti.

¿Es saludable este sentimiento para nosotros?

Si nos paramos a pensar si el ego es saludable o no para nuestra mente y nuestro alrededor, la respuesta es sí. En muchos casos este sentimiento no significa nada malo, sino todo lo contrario, ya que nos ofrece confianza y autoestima sobre nosotros mismos. Aquí es donde nos referimos a una presunción positiva.

Las personas que tienen este “ego saludable” también tienen conciencia objetiva sobre sí mismos, por lo que conocen todos sus límites, así como sus defectos. Este tipo de personas suelen estar dispuestas a aprender y rectificar constantemente.

Con todo ello, este tipo de persona obtiene un comportamiento maduro, lo que le permite evolucionar de una manera coherente y aceptada.

En el caso contrario, cuando nos referimos a un elemento negativo, este se manifiesta a través de críticas, prejuicios, resentimientos o dudas. En estas situaciones sacamos nuestro "yo" en defensa propia debido a algún problema del pasado que nos atormenta. Por ello, es importante saber superar estos comportamientos inmaduros y dejar a un lado todo lo negativo.

¿Cómo puedo vencer a mi “yo” verdadero?

Si nos encontramos en una situación pesada donde nuestro “yo” es el principal protagonista, déjanos decirte que vas por mal camino. Pero, tranquilo, existen algunos consejos que nos ayudarán a moldear nuestros comportamientos y a conseguir una mejor versión de nosotros mismos.

Desde el blog de Siquia nos enumeran algunas recomendaciones para lograrlo:

1. Entender qué es el ego y cómo poder utilizarlo.
2. Observarlo y analizarlo.
3. Colocar nuestro yo en su lugar correspondiente.
4. Regresar a nuestro verdadero yo.
5. Dejar de sentirnos ofendidos.
6. Olvidarnos de la superioridad y la fama.
7. Terapia.