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Srinagar (India), 13 may (EFE).- Las autoridades y los profesionales del turismo de la Cachemira india temen que la muerte de un turista indio tras ser alcanzado por una pedrada en una protesta hunda un sector puesto contra las cuerdas en los últimos años por el recrudecimiento del conflicto.
Un turista de 22 años, procedente del estado sureño de Tamil Nadu, falleció hace una semana durante un choque entre manifestantes y las fuerzas de seguridad en un contexto de crecientes protestas en las calles contra el Gobierno indio y operaciones militares contra insurgentes.
"Ese triste incidente no debería haber ocurrido. Pensamos que tendrá un impacto negativo en la llegada de turistas a Cachemira", confió a Efe el presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes de la región, Abdul Majid.
Majid afirmó estar preocupado por la repercusión del incidente en una industria que según él da de comer a más de un millón de personas en el valle, famoso por sus hermosos lagos y paisajes.
Hasta el aumento del conflicto en los años noventa en esa región, cuya soberanía reclama también Pakistán y la única musulmana de la India, el turismo era central para la economía de la región.
Fayaz Baksi, dueño de un establecimiento hotelero en la capital de verano de la Cachemira india, Srinagar, lamentó a Efe que la violencia separatista está destruyendo al sector hotelero, también dañado por unas fuertes inundaciones en 2014.
"Nuestra industria está en ruinas desde la irrupción de la militancia hace tres décadas" explicó Baksi.
Los turistas comenzaron a llegar de nuevo "pero las inundaciones de 2014 nos destruyeron. Conseguimos otra vez estabilizarnos de alguna manera, pero los nuevos asesinatos en el valle han destrozado de nuevo" el sector, sentenció.
Hoteleros como Ashraf Bangroo, dueño de una de las casas barco que flotan en un lago de Srinagar, sienten además que al aumento de la violencia se une el oportunismo político, que con sus declaraciones "provocativas" sobre el conflicto "golpean" aún más al sector.
El director del departamento de turismo de Cachemira, Mahmood A. Shah, explicó a Efe que el valle se convirtió en 2009 en uno de los destinos turísticos más visitados de la India.
Sin embargo, el número de visitantes comenzó a disminuir desde que la muerte de un joven insurgente en julio de 2016 causó una oleada de protestas que se saldaron con más de un centenar de muertos y 10.000 heridos.
El año pasado, el número de turistas que visitaron el estado de Jammu y Cachemira fue el más bajo en los últimos seis años, unos siete millones, según datos hechos públicos por el Gobierno en la Asamblea Legislativa de esa región.
En 2015, más de nueve millones de personas pasaron por Jammu y Cachemira, mientras que en 2012 fueron unos doce millones.
Curiosamente, la gran mayoría de los visitantes no se acercaron a la zona atraídos por la belleza del paisaje cachemir, sino por motivos religiosos.
Cerca del 82 % de los visitantes de 2017 llegaron en peregrinación hacia el templo hindú de Vaishno Devi o la cueva-santuario sagrada de Amarnath, situada a 3.880 metros de altitud, donde hay una columna de hielo que representa el falo de Shiva que según la leyenda permite obtener la "mokshya" o inmortalidad.
El inspector general de la Policía en Cachemira, S.P. Pani, afirmó a Efe "no se dejará piedra sin mover" para proteger a los turistas.
Para atajar el declive del sector, el jefe del departamento de turismo aseguró que las autoridades han puesto en marcha números de emergencia especiales para los visitantes y "activado" a funcionarios y policías turísticos para asegurar una estancia agradable.
Mahmood también llamó a los turistas a "no entrar en pánico".
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