El Gobierno brasileño espera por Bolsonaro para afinar sus primeros proyectos

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10/02/2019 - 16:32
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Brasilia, 10 feb (EFE).- El Gobierno brasileño espera por la recuperación del presidente Jair Bolsonaro, aún hospitalizado, para terminar de afinar las primeras propuestas que enviará al Congreso, centradas en una reforma de las jubilaciones y el combate al crimen.

Esos proyectos constituyen dos de las principales promesas de campaña de Bolsonaro, que son acabar con un crónico déficit fiscal y acorralar al crimen organizado, al que se le atribuye una violencia que anualmente deja unos 60.000 muertos en el país.

Ambas propuestas están prácticamente listas pero requieren el visto bueno de Bolsonaro, que fue hospitalizado el 28 de enero para la retirada de una colostomía aplicada en septiembre del año pasado, cuando fue atacado a cuchilladas durante un mitin y sufrió graves heridas en el abdomen.

La operación no presentó problemas, pero un cuadro de neumonía que afectó al gobernante impidió su alta, prevista inicialmente para el pasado miércoles y que ahora se espera para la semana próxima.

Aunque Bolsonaro conversa regularmente con sus ministros y hasta eventualmente recibe a algunos de ellos durante unos pocos minutos, permanece con visitas restringidas, por lo que no ha podido analizar en profundidad los primeros proyectos elaborados por su Gobierno.

Las mayores dudas radican en la reforma del régimen de pensiones y jubilaciones, que para los mercados financieros es la única forma de acabar con un déficit fiscal que en 2018 fue equivalente al 7,09 % del producto interior bruto (PIB) y que será similar este año.

El ministro de Economía, Paulo Guedes, sostiene que el régimen de jubilaciones actual, basado en el sistema de reparto, en el que el Estado gestiona las contribuciones de los trabajadores en un fondo único alimentado con retenciones, "ha quebrado" y "no resiste más".

Su propuesta es un modelo de capitalización individual, similar al chileno, en el que la jubilación de cada trabajador dependerá de lo que pueda ahorrar a lo largo de su vida laboral.

Según Guedes, un economista alineado con el ideario liberal de la Escuela de Chicago, hay aspectos del proyecto que aún causan ciertas divergencias incluso en el propio Gobierno, por lo que la definición de la propuesta depende exclusivamente de Bolsonaro.

"Cuando el presidente esté recuperado dirá esto sí, esto no, y el proyecto será presentado al Congreso", declaró esta semana.

Más afinado parece estar el proyecto de combate al crimen, ya presentado por el ministro de Justicia, Sergio Moro.

Según Moro, la intención es endurecer la acción del Gobierno en tres frentes que "están vinculados": la delincuencia organizada, la corrupción y los crímenes violentos.

"Todo tiene que ser atacado en conjunto, pues la delincuencia organizada usa a la corrupción para ganar impunidad y está vinculada a la mayoría de los homicidios", que en su mayoría tienen relación con asuntos de drogas, consideró el ministro.

El proyecto de Moro incluye algunos puntos polémicos, que pueden no ser bien recibidos en el Congreso, como un refuerzo del concepto de "legítima defensa" para el caso de policías que maten a sospechosos en ejercicio de sus funciones, algo que fue prometido por el líder de la ultraderecha durante su campaña electoral.

Así como Guedes, Moro también indicó que esperará por la plena recuperación de Bolsonaro para afinar el proyecto y remitirlo a las cámaras legislativas.

De ese modo, los plazos del Gobierno pasan por el Hospital Albert Einstein, donde Bolsonaro ha comenzado a ingerir líquidos, gelatina y cremas muy ligeras y ha superado la neumonía, aunque seguirá siendo tratado con antibióticos al menos hasta este lunes.

Esa recuperación ha animado a los médicos y al propio Gobierno, que espera para los próximos días el alta del mandatario y, con eso, su dictamen definitivo sobre los proyectos ya elaborados.

Aún así, según los propios médicos, al menos durante los primeros tiempos, Bolsonaro deberá mantener una estricta dieta y, sobre todo, una actividad limitada, que hasta pudiera afectar su agenda externa, que prevé para mediados de marzo próximo una visita a Estados Unidos para un primer encuentro con el mandatario Donald Trump.

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