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Cáritas alerta de que el COVID-19 está agravando las emergencias humanitarias provocando duras consecuencias en el Sahel, Cuerno de África, Venezuela, Bangladesh y Oriente Medio.
La ayuda humanitaria desde Cáritas
La entidad de acción social hacia los más vulnerables, ha pedido en estos días, poner atención en las graves crisis causadas por el desplazamiento masivo de personas por desastres naturales y la violencia, a las que ahora se suma la pandemia global de COVID-19.
En el marco del Día Internacional de la Asistencia Humanitaria, celebrado esta semana, desde Cáritas se insiste en "dar prioridad a los últimos y no atendidos", con quienes se ha cebado especialmente la pandemia del COVID-19.
Cáritas recuerda que, según la Agencia de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios (OCHA en sus siglas en inglés), en lo que va de 2020 se ha registrado un aumento significativo de personas que demandan ayuda humanitaria urgente en todo el mundo.
En 2019 se calculaba que 131,7 millones de personas necesitaron ayuda de emergencia para poder cubrir sus necesidades básicas. A lo largo del 2020, el número asciende ya a 167,6 millones.
¿Por qué cada vez más gente necesita ayuda humanitaria?
Según Cáritas, las causas que han provocado este incremento son el recrudecimiento de los conflictos armados y el devastador efecto de los fenómenos climáticos sobre los medios de vida de los que dependen las personas para garantizar su supervivencia, junto al impacto del coronavirus.
Manos Unidas necesita la ayuda humanitaria
Desde el inicio de 2020, la ayuda humanitaria ha sido “fundamental para atender y dar respuesta a las necesidades que la pandemia por coronavirus ha creado en la población más empobrecida”, señalan desde la organización. “Está siendo un año sin precedentes en sus más de sesenta años de historia”, dice Ricardo Loy, secretario general de la organización.
Durante el tiempo que duró el confinamiento, decretado por los gobiernos de los distintos países del mundo, Manos Unidas ha tenido que organizar su modo habitual de trabajar a las circunstancias que esta gravísima pandemia mundial exigía.
“De estudiar la viabilidad de los proyectos de desarrollo, que son los que normalmente apoyamos, nos hemos visto abocados a valorar y aprobar a contrarreloj más de un centenar de iniciativas de emergencia con las que hemos podido dar apoyo a miles de personas, pertenecientes a los colectivos de población más vulnerables y empobrecidos que, de la noche a la mañana, se vieron encerrados en sus casas, sin posibilidad de salir a ganarse el sustento diario”, informa Loy. Señala que muchos de los proyectos de la organización católica han tenido que replantearse para adaptarlos a las circunstancias de la pandemia.
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