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Las emisiones de gases de efecto invernadero en España aumentaron un 1 % este año en comparación con 2023, alcanzando el tercer nivel más bajo desde que comenzaron los registros en 1990. Así lo señala un informe del Observatorio de Sostenibilidad (OS), elaborado principalmente por el economista y especialista en cambio climático José Santamarta, junto con Fernando Prieto, Raúl Estévez, Carlos Alfonso y Juan Avellaner.
El informe, titulado Estimación de la evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero en España (1990-2024) y presentado este miércoles, incluye datos preliminares recopilados hasta mediados de diciembre. Este análisis representa una aproximación inicial sobre la evolución de las descargas.
Tendencias en las emisiones de CO2
Después de una reducción constante entre 2018 y 2020, impulsada en parte por la pandemia de COVID-19, las emisiones crecieron en 2021 (288,5 millones de toneladas de CO2 equivalente, un 6,6 % más que el año previo) y en 2022 (294,2 millones, un aumento del 2,0 %), pero disminuyeron en 2023 (275,7 millones, una reducción del 6,3 %). En 2024, subieron nuevamente a 278,5 millones de toneladas (un incremento del 1 %), siendo esta cifra la tercera más baja desde 1990, cuando se registraron 287,3 millones. El máximo histórico se alcanzó en 2007 con 442,8 millones de toneladas.
El aumento de este año deja las emisiones un 3,1 % por debajo de las de 1990, tomado como año base, y un 36,4 % por debajo de las de 2005.
Consumo de petróleo
El incremento se debió principalmente a un aumento del 4,2 % en el consumo de petróleo (incluyendo un 1,6 % más en transporte por carretera) con respecto a 2023. Esto ocurrió pese a una reducción del 8,7 % en el uso de gas natural para generar electricidad, compensada por un mayor peso de las energías renovables.
La generación hidroeléctrica aumentó un 44 %, mientras que la producción de energía fotovoltaica creció un 19,4 % y el bombeo un 5,2 %. Por el contrario, la generación eólica cayó un 3,2 % y la termosolar disminuyó un 12,2 %.
Mientras que las emisiones asociadas al mercado de carbono continuaron en descenso, las de los sectores difusos (hogares, comercios, transporte, agricultura, ganadería, gestión de residuos, gases fluorados e industria), así como la aviación, registraron incrementos.
El informe también señala que persisten las dificultades para instalar comunidades energéticas y que la instalación de paneles solares en tejados, especialmente en el ámbito residencial, siguió cayendo.
Los factores económicos
Santamarta resumió que, a pesar del aumento de las energías renovables, el crecimiento del PIB (alrededor del 3,3 %), el repunte del turismo con 82 millones de visitantes hasta octubre (posiblemente 100 millones en el año completo) y el mayor uso de combustibles fósiles, impulsaron el aumento de emisiones.
Por su parte, Prieto destacó que España no está avanzando en la descarbonización al ritmo necesario, que debería ser del 7 % anual de forma sostenida. Subrayó la necesidad de reformas estructurales para eliminar los combustibles fósiles, incluyendo la descarbonización del transporte por carretera, tanto de mercancías como de pasajeros. También señaló la escasa cuota del transporte ferroviario de mercancías, que apenas alcanza el 4 % frente al 30 % registrado en 1970, mientras el automóvil fósil sigue predominando.
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