La desigualdad causa enfermedades en los niños: El impacto de la brecha social en la salud infantil

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19/06/2023 - 09:26
La pobreza infantil y sus consecuencias

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La salud de los niños en diferentes partes del mundo varía enormemente. Los problemas que enfrentan los niños en países como Etiopía, India o Brasil difieren significativamente de los de los países europeos. Esto refleja la desigualdad, la injusticia y la falta de equidad en nuestra sociedad global. 

En algunos países africanos o asiáticos, una niña tiene hasta 14 veces más probabilidades de morir antes de cumplir cinco años que si hubiera nacido en España. 

Los niños en los países desfavorecidos se enfrentan a grandes retos

La disparidad en la posibilidad de tener una infancia saludable es evidente en distintas partes del mundo. Los desafíos que enfrentan los niños en países como Etiopía, India o Brasil difieren significativamente de los que enfrentan en países europeos. La salud de los niños y niñas a nivel mundial refleja la desigualdad, la inequidad y las injusticias presentes en nuestra sociedad global. 

Si bien ha habido avances en la reducción de la mortalidad infantil a nivel global en las últimas décadas, es importante destacar que estas mejoras no se han dado de manera uniforme. Existen grandes diferencias entre regiones y los niveles de desarrollo industrial. 

Por ejemplo, en algunos países africanos o asiáticos, una niña tiene hasta 14 veces más probabilidades de morir antes de cumplir los cinco años que si hubiera nacido en España.

Las causas de esta brecha son complejas y están interrelacionadas, incluyendo factores como la fragilidad de los sistemas de salud, la pobreza, el hambre, las consecuencias del cambio climático, la desigualdad de género, la falta de servicios básicos como agua y vivienda, las dificultades para acceder a una educación de calidad, y la exposición a conflictos armados.

Todo esto contribuye a que en muchos países las enfermedades transmisibles sigan predominando y, aunque las enfermedades no transmisibles están en aumento, la mortalidad infantil se mantiene alta, con una prevalencia de causas infecciosas.

Las enfermedades y la patología infecciosas son las principales causas de mortalidad infantil

La patología infecciosa, junto con las enfermedades del periodo neonatal, sigue siendo una de las principales causas de muerte en niños menores de cinco años, especialmente en el África subsahariana y el sudeste asiático. A pesar de ser enfermedades prevenibles o curables, como la neumonía, la diarrea y la malaria, acabarán causando estragos.  

En un mundo globalizado, es una preocupación crucial por los problemas de los países más pobres, ya que los logros en salud de cada nación son valiosos para todos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

Además, el aumento de la temperatura global pondrá a prueba nuestros recursos y perspectivas como sociedad global, eliminará todas las áreas. Esto sucederá en un mundo que se espera alcanzar los 10.000 millones de habitantes en 2060, y donde la infancia estará principalmente en áreas vulnerables a la emergencia climática. Junto con la pérdida de biodiversidad y la contaminación, esto constituye la "triple crisis planetaria", según la ONU.

Es importante tener en cuenta que el impacto de esta crisis será especialmente grave y desproporcionado en los niños que viven en entornos con recursos limitados, como la escasez de alimentos y agua potable, desastres naturales y cambios en el perfil epidemiológico de enfermedades como la malaria.

La importancia de conocer las desigualdades de las poblaciones más vulnerables

Es importante tener en cuenta que los niños poblaciones vulnerables también enfrentan desventajas sistémicas debido a factores como la casta, la clase, el origen étnico, el género y la religión. La desigualdad de género y el racismo son causas importantes que contribuyen a la mala salud infantil en todo el mundo. 

Estas inequidades nos recuerdan que no podemos ser simples espectadores frente a la salud infantil. Es un principio compartido entre culturas y sociedades que un niño no debería morir por complicaciones obstétricas, sufrir de infecciones prevenibles o estar en riesgo debido a la falta de recursos médicos básicos. Como pediatras y como sociedad, tenemos la responsabilidad ética de abogado por esta visión. 

Nuestra respuesta debe incluir la promoción de la salud, una atención clínica de calidad y universal, la inversión en innovación y tecnología, así como la defensa activa de los derechos de los niños.  

Para abordar estos desafíos, la salud global requiere un enfoque biosocial que reconozca que las enfermedades no son solo el resultado de fenómenos biológicos y clínicos, sino también de determinantes económicos, sociales, políticos, históricos y culturales.

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