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La epilepsia es una enfermedad neurológica que afecta a 50 millones de personas en todo el mundo según la OMS. Este dato significa que en España alrededor de 400.000 personas conviven con esta enfermedad crónica.
Existen muchas causas que provocan epilepsia como traumatismos craneoencefálicos, problemas perinatales, enfermedades autoinmunes o genéticas, que pueden ocurrir en cualquier momento de la vida a cualquier tipo de persona, sin diferencias de sexo, raza o nivel social.
Así comienza el Manifiesto por el Día Nacional de la Epilepsia. Una jornada en la que pacientes, familiares y médicos, piden una mayor comprensión por parte de la sociedad sobre esta condición, saber atender a una persona que la sufre, y solicitar a la Administración Pública, un enfoque global que comprenda a las personas y a sus familias con especial hincapié en la investigación.
¿Qué es la epilepsia?
La epilepsia es un trastorno del cerebro en el cuál las células del cerebro, que se llaman neuronas, transmiten a veces las señales en una forma anormal.
Las neuronas envían señales a otras neuronas y músculos para producir pensamientos, sentimientos y acciones. La epilepsia altera la actividad normal de las neuronas y puede causar sensaciones, emociones y comportamientos extraños, espasmos musculares y pérdida del conocimiento.
¿Quién puede padecer epilepsia?
La epilepsia es una enfermedad neurológica que puede afectar a personas de cualquier edad, sexo, raza, clase social o país. Según las estadísticas disponibles se calcula que en España una de cada 200 personas padece epilepsia.
Es decir, aproximadamente 200.000 españoles padecen epilepsia en la actualidad, y cada año 20.000 personas desarrollan la enfermedad por primera vez. En el mundo, se estima que 50 millones de personas padecen epilepsia.
¿Cómo se diagnostica la epilepsia?
Sin duda alguna, lo fundamental para el diagnóstico de una crisis epiléptica es la historia clínica obtenida de la persona que ha padecido la crisis epiléptica, de los familiares o de los testigos que han visto lo que le ha pasado, si la persona ha perdido el conocimiento. Las pruebas más habituales que se realizan a los pacientes con epilepsia son el electroencefalograma y las pruebas de neuroimagen.
- El electroencefalograma consiste en unos cables que se colocan en la cabeza y que registran las ondas cerebrales. El electroencefalograma ayuda al diagnóstico de la epilepsia, pero algunas personas sin epilepsia pueden tenerlo alterado y en muchas personas con epilepsia puede ser normal.
- Las pruebas de neuroimagen son la tomografía computarizada (TAC) y la resonancia magnética. Estas pruebas proporcionan fotografías de la estructura cerebral.
400.000 personas sufren epilepsia en España
El 24 de mayo es el Día Nacional de la Epilepsia, una de las enfermedades neurológicas más comunes y que se caracteriza por la predisposición del cerebro para generar crisis epilépticas.
Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) unas 400.000 personas padecen en España esta enfermedad que es la segunda patología neurológica en años de vida potencialmente perdidos o vividos con discapacidad. Y es que, a pesar de que se trata de una enfermedad que dispone de tratamiento, la expectativa de vida de los pacientes con epilepsia se ve reducida entre 2 y 10 años, su tasa de mortalidad es entre 2 y 3 veces mayor que la de la población general y el 60% de los pacientes asocian trastornos psiquiátricos, neurológicos o intelectuales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que una de cada diez personas sufrirá, al menos, una crisis epiléptica a lo largo de su vida. “La epilepsia puede tener muchas causas, aunque la predisposición genética o padecer algún tipo de anomalía o lesión cerebral, suele ser las causas más habituales”, explica el Dr. Francisco Javier López, Coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la Sociedad Española de Neurología. “Es además una enfermedad que afecta a todos los grupos de edad, aunque su incidencia es mayor en niños, adolescentes y ancianos”.
Cada año se diagnostican en Europa unos 400.000 nuevos casos –unos 20.000 en España- aunque se estima no solo que el número de diagnósticos falsos positivos en esta enfermedad es sorprendentemente alto -podría llegar hasta al 18%- sino que aún hay un porcentaje importante de pacientes sin diagnosticar. Esto hace que, en algunos casos, el retraso en el diagnóstico de esta patología pueda alcanzar los 10 años, principalmente porque hasta un 25% de las crisis puedan pasar inadvertidas tanto por los pacientes como por sus familiares.
“Hay que tener en cuenta que uno de los mayores obstáculos al diagnosticar una epilepsia radica en que las crisis son fenómenos transitorios que ocurren relativamente con poca frecuencia y pueden pasar desapercibidas o no ser bien identificadas por los pacientes, por sus familiares o incluso por el personal sanitario. Además, existen otros eventos clínicos, como por ejemplo síncopes o crisis no epilépticas, que pueden tener una apariencia similar a las crisis epilépticas y que pueden llevar a realizar diagnósticos erróneos”, señala el Dr. Francisco Javier López. “Por otra parte, cuando se piensa en una crisis epiléptica, automáticamente lo asociamos a convulsiones. Pero en realidad este tipo de crisis solo representan entre el 20 y el 30% del total. Presentar falta de respuesta a los estímulos, realizar repetidamente movimientos automáticos, tener ausencias,… son también otras manifestaciones de las crisis epilépticas que hay que tener en cuenta a la hora de mejorar los tiempos de diagnóstico actuales”.
Al rededor del 5% de los pacientes farmacorresistentes cumplen con los criterios que les permite beneficiarse del tratamiento quirúrgico y entre el 55-85% de los casos se consiguen buenos resultados. Actualmente en España se realizan unas 300 intervenciones quirúrgicas a pacientes farmacorresistentes.
Son precisamente los pacientes farmacorresistentes donde esta enfermedad tiene una mayor repercusión socio-sanitaria. El coste medio anual de los recursos utilizados por un paciente farmacorresistente en España es superior a los 7.000€ y el número de pacientes con discapacidad por epilepsia en edad activa es superior a las 26.000 personas. Además, las crisis epilépticas suponen el 1% de las consultas en los Servicios de Urgencias y el 15% de las urgencias neurológicas, convirtiéndose en la segunda causa de atención neurológica en urgencias.
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