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La epilepsia es el trastorno más frecuente del cerebro en la niñez. En Estados Unidos, casi 3 millones de niños tienen esta enfermedad (450.000 de estos niños son menores de 17 años de edad).
Cerca de dos tercios de todos los niños con epilepsia superan sus crisis convulsivas cuando llegan a la adolescencia.
¿Qué es la epilepsia?
La epilepsia es un trastorno del cerebro. Es una enfermedad común. El ataque o crisis convulsiva de la epilepsia se produce por descargas eléctricas que son anormales y excesivas en las neuronas. Estas suelen ser de corta duración: desde segundos a minutos.
Convulsiones
Los ataques o convulsiones son accionados por los cambios en la actividad eléctrica y química en el cerebro. Con frecuencia es difícil determinar su causa.
Existen varios tipos de convulsiones. Algunas son bastante cortas, duran a penas unos segundos, mientras que otras pueden durar varios minutos.
Las convulsiones pueden estar causadas por varios motivos
- Las convulsiones por la fiebre se dan en el 3-5% de todos los niños y siempre con fiebre.
- También puede haber convulsiones por la bajada de azúcar, meningitis, golpes fuertes en la cabeza, drogas, intoxicaciones etc.
Si sólo se ha tenido una sola crisis no quiere decir que se tiene epilepsia. En la epilepsia, las convulsiones se dan más de una vez.
¿Qué síntomas puede presentar el niño epiléptico?
Crisis de ausencia: el niño se queda con la mirada perdida o está ausente durante unos segundos.
Convulsión generalizada: pérdida brusca del conocimiento, caída al suelo, rigidez y sacudidas de brazos y piernas.
Otros síntomas pueden ser: un niño aturdido, movimientos como de masticar, caminar sin rumbo, habla confusa, mareo brusco con caída al suelo, sensaciones o emociones extrañas, sacudidas masivas, súbita y breves de una o más partes del cuerpo, etc.
¿Cuándo contactar con el servicio médico de urgencias?
- Crisis convulsiva no conocida previamente.
- Duración de la crisis superior a cinco minutos.
- Existencia de lesiones, traumatismo craneal.
- Presencia Ciaonisis (color azulado).
- Más de dos crisis convulsivas.
- Dificultad respiratoria.
Actuación ante una crisis convulsiva
- Garantizar la seguridad del sujeto.
- Colocar un objeto blando debajo de la cabeza.
- No introducir objetos en la boca.
- Colocarlo tumbado para prevenir ahogos.
- No limitar movimientos.
- No dar de beber ni comer hasta la recuperación total.
- No dejar solo al niño y dejarle descansar en un ambiente tranquilo hasta que se recupere.
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