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La Palma ha registrado una especial actividad explosiva en la noche del jueves y la madrigada del viernes. Alguna de las explosiones han expulsado materiales incandescentes a gran altura.
El volcán de Cumbre Vieja de La Palma sigue escupiendo lava, que continúa su avance destructivo como pueden atestiguar los vecinos de Todoque, aunque lentamente, en una fase eruptiva de relativa estabilidad que los expertos ignoran cuánto tiempo se prolongará.
Aun así, un grupo de personas se amontona junto a la barrera policial, quizás tratando de ver la boca del volcán lo más cerca posible.
A partir de ahí, todo está desierto. Las viviendas, escasas, con todas sus ventanas y puertas cerradas a cal y canto. Algún vehículo que fue dejado atrás durante la evacuación está cubierto ahora por una capa de ceniza.
Una colada desciende a cuatro metros por hora, la otra está parada. Debido a este cambio, los expertos no prevén que llegue al mar en las próximas horas. Igualmente descartan la precipitación de lluvia ácida sobre las islas y la Península.
Los más de 6.000 personas desalojadas -muchos de ellos temporalmente instalados en el albergue militar de El Fuerte- están siendo reubicados en hoteles y alojamientos turísticos.
La vida se quedó suspendida en la zona de exclusión desde el domingo por la tarde
El comité científico que asesora al gabinete de crisis incluso duda de que el magma, que ahora se desplaza a apenas 4 metros por hora, llegue a desembocar en el mar. Todo dependerá de cómo evolucione la situación en las próximas horas.
La lava, que ha ido ganando en viscosidad, de ahí que discurra más lenta, alcanza espesores entre 8 y 15 metros en su lengua más activa y la sismicidad continúa en bajos niveles.
Casi 6.000 personas han sido evacuadas y al menos 400 casas han sido engullidas por la lava. Los vecinos de las zonas afectadas han podido pasar durante algunos minutos por sus casas para recoger pertenencias antes de que la misma engullera sus hogares. Este jueves se repetirá el proceso.
Las horas son angustiosas viendo como la lava avanza muy lentamente, pero sin freno hacia las plataneras de La Palma
La mayoría de las fincas son de pequeños campesinos -unas 500 familias- que dependen totalmente del cultivo para su supervivencia.
"No se sabe, depende de por dónde baje la lava, pero toda esa zona de invernaderos de por allí quedará tapada", explica para 20 Minutos, señalando al horizonte, Víctor, trabajador de una de las fincas de la zona desde donde se puede ver humear y escupir lava al volcán.
"Hay muchísima gente que trabaja en esto, y si no es directa es indirectamente o rentando la finca", explica Víctor. "Será un problema para toda la economía de la isla, pero contra eso no se puede luchar. Cuando empezaron las noticias y los temblores uno pensaba: 'No va a pasar'. Pero estamos en isla volcánica, es naturaleza, yo creo que se está revelando de alguna manera. Nos tocó y hay que apechugar".
La carretera asoma la boca del volcán escupiendo fuego como un soplete
De vez en cuando, van y vienen camiones cargados de fruta. El martes por la noche saltó la noticia de que se iba permitir una recogida exprés en los cultivos a los que no se podía acceder por la proximidad de la lava.
El miércoles por la mañana, los camiones accedieron dando la vuelta completa a la isla, pero la recolección apenas ha podido llevarse a cabo ante la enorme cantidad de ceniza que caía sobre los campos e impedía el trabajo de los operarios.
Si el volcán sigue en erupción, como prevén los expertos, durante semanas o meses, la orografía de la zona cambiará de forma dramática.
"La sensación es horrible, tenemos compañeros afectados, agricultores que han perdido sus casas… no se puede explicar. Esta es la mejor zona de producción que tenemos, no sé lo que va a pasar", declara Elisa Martínez, la responsable de comunicación de la cooperativa empaquetadora de fruta Europlatano.
Las cenizas del Cumbre Vieja podrían estar afectando ya al ecosistema marino de la costa suroeste de La Palma
El aumento de la emisión de cenizas procedentes del volcán de La Palma y su caída al mar podría estar afectando ya al ecosistema marino en la costa suroeste de la isla y provocar "cambios drásticos" en la productividad del mismo.
Es el diagnóstico del comité científico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), que informa en un comunicado de que se reforzarán los sistemas de vigilancia de los materiales volcánicos en la columna de agua de mar.
Si esto dura meses, ¿qué pasará con todas estas personas? Todo el mundo espera que la lava llegue al mar y a ver qué pasa, si hay gases contaminantes, no hay gases, o qué efectos tendrá la lluvia ácida que copa las peores consecuencias de la erupción. Mientras tanto, el sonido que nos llega en directo es ensordecedor, como si una enorme ola se avecinara sin llegar a alcanzar nunca la costa. Pero lo más impresionante es el espectáculo visual.
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