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Más allá de las cifras, los datos y los indicadores sobre la evolución de la siniestralidad, la política de seguridad vial de los últimos años es un caso práctico de indudable interés que merece ser analizado. Si miramos el camino recorrido por el retrovisor podemos sacar algunas conclusiones.
España ha incumplido la mayoría de los objetivos que firmó en la Estrategia de seguridad vial 2011 – 2020. Trece indicadores de los firmados están correctos. Entre ellos destacan la reducción de fallecidos y heridos graves, siniestralidad de los conductores entre 18 y 24 años durante los fines de semana y muertos por salida de la vía en carreteras convencionales.
Sobre las culpas, señalar que en este país nos gusta buscar culpables en lugar de resolver los problemas. El culpable siempre es otro y así nos va. El conductor culpa al mal estado de las carreteras, los responsables de carreteras dicen que es un tema de educación y así sucesivamente... Eso sí, todos coinciden que la culpa es del Gobierno.
Este pacto se puso en marcha durante el año 2011 cuando en España gobernaba José Luis Rodríguez – Zapatero. Sin embargo, para encontrar el año de referencia debemos retrotraernos a 2019, ya que durante 2020 se produjo el principio de la pandemia de Covid – 19 y las cifras no fueron normales ya que, se limitó la movilidad.
La Dirección General de Tráfico (DGT) ya ha cuantificado 11 de esos 13 indicadores y aún no ha concretado dos de ellos: que bajen de un 1 % los positivos de alcoholemia en controles preventivos aleatorios y reducir un 50 % el porcentaje de vehículos ligeros que superan el límite de velocidad en más de 20 km/h. Así consta en una respuesta parlamentaria del Gobierno a los diputados Óscar Gamazo y Jaime Miguel Mateu, del PP.
¿Qué indicadores ha cumplido el Gobierno de España?
El Gobierno ha indicado que España solo ha cumplido cuatro de once indicadores de seguridad vial. Uno de ellos es bajar la tasa de fallecidos por accidentes de tráfico a 37 por cada millón de habitantes. En 2019 fue precisamente 37, si bien en 2013, 2014 y 2015 se bajó a 36. Los heridos graves han descendido en un 35 % entre 2009 y 2019. La cifra de referencia es de 9.050 heridos graves y en 2019 hubo 8.613. Ese objetivo también se consiguió en 2018 (8.935).
Los conductores jóvenes que han fallecido y resultado heridos es un objetivo cumplido con creces. El dato a lograr fue 548 fallecidos y heridos graves. esa meta se alcanzó ininterrumpidamente entre 2011 y 2019, con 329 conductores jóvenes en ese último año. Igualmente, se alcanzó el objetivo de reducir un 30% el número de fallecidos por salida de la vía en carreteras convencionales, que tendría que ser inferior a 364. En 2019 hubo 261 personas que perdieron la vida en esta circunstancia y ese indicador se ha venido cumpliendo desde 2013.
¿Qué indicadores se han incumplido?
El resto de objetivos de la Estrategia de seguridad vial 2011 – 2020 se han visto incumplidos. Tres niños murieron en 2019 por no llevar sistemas de retención infantil y solo se cumplió en 2018. Otro indicador sin cumplir es un 10 % menos de conductores fallecidos mayores de 64 años, pues murieron 205 en 2019, cuando el objetivo se cifraba en 183 (esto sólo se cumplió en 2011 y 2013 durante la pasada década, sin considerar 2020 por la pandemia de la Covid-19). Tampoco se alcanzó el indicador de un 30 % de reducción de fallecidos por atropello, con 321 como cifra máxima. En 2019 fueron 373 y este objetivo únicamente se alcanzó en 2014 (310) y 2015 (306).
Otros indicadores sin materializarse son un 20 % menos de fallecidos y heridos graves usuarios de motocicletas, con 2.778 como valor máximo, pero fueron 3.146 en 2019, y un 30 % menos de víctimas mortales en accidente 'in itinere' (es decir, de cada al trabajo o viceversa), con 119 como cifra referencia, pero fueron 134 en 2019.
Ahora mismo, la DGT está trabajando en el proyecto de elaboración de Estrategia de seguridad vial 2021 – 2030. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, encargó a Tráfico en octubre de 2019 que comenzara a trabajar en el nuevo marco estratégico con el objetivo primordial de reducir a la mitad el número de fallecidos y el de heridos graves en 2030.
Si hemos sido capaces de reducir a la mitad los fallecidos por los accidentes de tráfico cuando nos lo hemos propuesto y todos hemos remado en la misma dirección, también podremos salir de esta crisis si todos remamos en la misma dirección.
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