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El 20 de noviembre de 2024, Laura Fernández Abalde, vecina de la parroquia viguesa de Beade, recibió la eutanasia que había solicitado debido a un cáncer terminal. Rodeada de sus familiares y médicos, y mientras cantaba "Gracias a la vida", Laura compartió sus últimas reflexiones, describiendo su muerte como un "final de vida tan bonito" que nunca imaginó. La mujer de 67 años, que había estado luchando contra un melanoma uretral desde abril, decidió poner fin a su sufrimiento en la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Meixoeiro, en Vigo, y su historia resalta la importancia de poder decidir sobre el propio final de vida en un contexto legal de eutanasia.
El proceso de eutanasia: un derecho que se ejerce
Laura fue una firme defensora de la eutanasia y la ley que permite regularla en España. Desde 2006, era socia de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) y, como ella misma explicaba, se sentía afortunada de poder tomar esa decisión con el apoyo de expertos y en cumplimiento de su voluntad. Tras recibir un diagnóstico terminal de melanoma uretral en abril y rechazar tratamientos como la quimioterapia, Laura vivió los últimos meses de su vida con el tumor extendido al hígado y los pulmones. En octubre, cuando los dolores se intensificaron, solicitó la eutanasia y presentó la solicitud oficial el 30 de ese mes.
A pesar de la lentitud del proceso, que la llevó a contactar con los medios para expresar su desesperación, el 18 de noviembre recibió la aprobación de su solicitud y dos días después, en un acto de total serenidad, se cumplió su voluntad. Durante este tiempo, Laura expresó en varias ocasiones que no solo quería morir con dignidad, sino que también deseaba que su experiencia sirviera de lección para otros. Su mensaje fue claro: "Solo con que aprendáis algo de esta experiencia mía, va a ser bueno para vosotros", expresó con gratitud.
El contexto legal de la eutanasia en España
Desde la aprobación de la Ley Orgánica 3/2021, que regula la eutanasia en España, los pacientes con enfermedades graves y terminales tienen el derecho de solicitar este procedimiento, siempre bajo la supervisión y evaluación médica. Laura fue una de las primeras personas en Galicia en recibir la eutanasia tras la ley, y su caso pone de relieve tanto la importancia de un proceso legal claro como la necesidad de apoyo y acompañamiento emocional para los afectados. Si bien su solicitud fue relativamente rápida (solo 20 días), la asociación DMD aboga por simplificar aún más los trámites, sugiriendo que el proceso podría completarse en un plazo de ocho días.
Para Laura, la eutanasia fue una forma de "morir bien", un acto que definió como un "broche que ni de película de Hollywood". En sus últimas palabras, dijo sentirse afortunada de poder controlar el momento de su muerte, un derecho que reivindicó para todos aquellos que, como ella, desean decidir su final sin tener que soportar un sufrimiento innecesario. La eutanasia no solo se presenta como un derecho, sino también como una posibilidad para morir con dignidad y tranquilidad.
Este caso pone en evidencia las realidades del proceso y el impacto de la ley, tanto en los pacientes que deciden recurrir a ella como en la sociedad, que cada vez se enfrenta más a la necesidad de debatir sobre el derecho a decidir sobre la vida y la muerte en un contexto legal y étic
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