El Everest crece de forma rápida y un estudio señala cuál es la razón

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16/10/2024 - 14:30
El Everest no para de crecer

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El monte Everest, o Chomolungma, la "Diosa Madre del Mundo", sigue impresionando por su imponente altura y su continuo ascenso. Con 8.848,86 metros sobre el nivel del mar, ha sido moldeado por fuerzas tectónicas y el desgaste climático. Un reciente estudio ha revelado un nuevo fenómeno, la "piratería fluvial", que está acelerando su ascenso, haciendo que sea más pronunciado de lo que se pensaba.

El monte Everest sufre grandes cambios en su crecimiento, ¿por qué?

El monte Everest, o Chomolungma, sigue siendo un símbolo de poder natural y resistencia, tanto por su impresionante altura como por su continuo crecimiento. A día de hoy, alcanza los 8.848,86 metros sobre el nivel del mar. Esta montaña ha sido formada por la colisión de las placas tectónicas de la India y Eurasia hace unos 50 millones de años, y desde entonces, ha continuado elevándose debido a este movimiento.

Recientemente, se ha descubierto un fenómeno que contribuye a este ascenso: la "piratería fluvial". Este proceso, ocurrido hace unos 89.000 años, implicó que el río Kosi desviara parte de sus aguas de un afluente vecino, el río Arun.

Este cambio desencadenó una serie de eventos geológicos que alteraron el paisaje y, de manera inesperada, aceleraron el ascenso del monte.

La erosión provocada por el Kosi desgastó las rocas a su paso, lo que generó un "rebote isostático" en la corteza terrestre, elevando las montañas circundantes, incluido el Everest, hasta 50 metros más de lo que se había previsto.

Este fenómeno de la piratería fluvial sigue sucediendo en otras regiones del mundo, como la cuenca del Amazonas, y demuestra cómo los cambios en los cursos de los ríos pueden moldear el paisaje de formas sorprendentes.

Un poco de historia...

La primera mención apareció de manera discreta como "Chomolungma", un nombre que se refería a la montaña en tibetano y que fue incluido en un mapa del siglo XVIII por el geógrafo francés Jean-Baptiste Bourguignon d'Anville.

Este mapa recogía información proporcionada por misioneros jesuitas, quienes habían oído hablar de la montaña a los lamas tibetanos, pero en ese momento nadie sabía que era la montaña más alta del mundo.

El Everest, al estar parcialmente oculto por otras cumbres cercanas, no era fácil de identificar o medir con precisión. En 1808, un equipo de topógrafos británicos, bajo la supervisión de la Survey of India, se propuso localizar la montaña más alta del planeta.

En 1849, el topógrafo James Nicolson, equipado con un teodolito de 500 kilogramos que requería la ayuda de 12 hombres para ser transportado, pasó dos meses tomando mediciones desde cinco puntos diferentes del llamado "Pico B", estimando su altura en unos 9.000 metros.

Sin embargo, el topógrafo general de la India, Andrew Scott Waugh, dudó de la exactitud de estos resultados y decidió numerar las montañas con números romanos. Así, pasó a ser conocido como "Pico XV".

Fue en 1852, tras una revisión de los cálculos, cuando el matemático bengalí Radhanath Sikdar, que trabajaba en la Survey of India, informó a Waugh que el "Pico XV" era, efectivamente, la montaña más alta del mundo, con una altura calculada en 8.840 metros, ajustada por varios factores como la curvatura de la Tierra y la refracción atmosférica.

Finalmente, tras nueve años de debate sobre su nombre, en 1865 se decidió llamarla Everest en honor a Sir George Everest, quien había sido topógrafo general de la India, aunque nunca había visto la montaña ni estaba a favor de que su nombre fuera utilizado.

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