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En Cádiz, cientos de familias se encuentran pasando hambre debido a la exclusión del bono social, una ayuda económica que les permitía acceder a recursos básicos. Esta medida ha dejado a muchas personas en una situación de vulnerabilidad extrema, sin poder cubrir necesidades esenciales como la alimentación, lo que agrava la pobreza en la región y afecta gravemente a los más desfavorecidos. La falta de apoyo económico ha empeorado la situación de muchas familias que ya luchaban por llegar a fin de mes.
La situación de hambre se vuelve crítica en las familias de Cádiz
En Cádiz, la situación de hambre se ha vuelto crítica, especialmente en el barrio de Astilleros, donde cientos de personas sufren por la falta de alimentos. La Asociación de Vecinos de los Antiguos Terrenos de Astilleros, dirigida por José Gaviño, ha hecho un llamado urgente a la solidaridad para poder alimentar a unas 400 personas que dependen de la ayuda comunitaria.
La mayoría de los beneficiarios del banco de alimentos son personas mayores, pensionistas que no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas y que, en muchos casos, deben mantener a sus hijos o nietos.
Aunque algunas familias recurren a los servicios sociales, estos también enfrentan limitaciones y no pueden ofrecer ayuda a todos los que lo necesitan, lo que ha llevado a una grave crisis alimentaria.
Además, la Asociación de Vecinos depende del Banco de Alimentos, pero los recursos disponibles han disminuido considerablemente. Gaviño destacó que, aunque el Banco de Alimentos lucha por conseguir donativos, las entregas desde Europa han cesado, y ahora los alimentos diarios son cada vez más escasos. La situación es alarmante y requiere una respuesta urgente por parte de la comunidad.
Falta de recursos y productos esenciales
La situación en el barrio de Astilleros ha empeorado gravemente debido a los cambios en el sistema de distribución de alimentos. Anteriormente, la Asociación de Vecinos repartía un carro de comida al mes a las familias necesitadas, pero ahora, con la implementación de las tarjetas monedero, aquellas familias sin menores a cargo han quedado excluidas.
Esto ha dejado a la asociación sin recursos, vacía de productos esenciales como leche, arroz, pasta e incluso alimentos navideños, necesarios para intentar sobrellevar unas fiestas cada vez más difíciles. José Gaviño, presidente de la asociación, asegura que ahora apenas cuentan con aceite de girasol, y productos como carne o pescado son solo un recuerdo lejano.
Para intentar aliviar la situación, la asociación ha organizado una recogida de alimentos los días 22 y 23 de noviembre en el Mercadona de San Severiano. Sin embargo, el formato ha cambiado: en lugar de recoger alimentos directamente, se ha optado por un sistema de donativos que deben entregarse en la caja del supermercado.
La ayuda es vital en estas zonas
El portavoz de la Asociación de Vecinos de Astilleros, José Gaviño, expresa su agradecimiento a la Fundación Pascual, que desde la pandemia ha brindado su apoyo semanalmente, enviando bandejas de comida preparadas. A pesar de este esfuerzo, las necesidades siguen siendo mayores, y no todos los vecinos pueden recibir su ración diaria. Sin embargo, la ayuda sigue siendo vital para al menos aliviar un poco la situación.
A lo largo de los años, la asociación ha logrado asistir a muchas personas, distribuyendo desde productos perecederos y no perecederos hasta comidas listas para consumir e incluso electrodomésticos como microondas, para facilitar la vida de quienes tienen dificultades para cocinar. No obstante, los recursos se han agotado, y la exclusión social sigue afectando a muchas familias que carecen de lo más básico.
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