Fascitis plantar en verano: cómo evitarla y solucionarla

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27/07/2021 - 10:32
Pie con fascitis realizando ejercicios de prevención

Lectura fácil

La llegada del verano hace que el pie pase de estar completamente cubierto a todo lo contrario. También se pasa a llevar menor amortiguación o incluso ninguna, yendo descalzo. Todo esto hace que, en estas fechas, junto a las características morfológicas de cada pie, se vean incrementadas las consultas al fisioterapeuta por fascitis.

Por ello, el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla - La Mancha (Coficam) quiere poner el foco en esta dolencia.

¿Qué es la fascitis plantar?

La fascitis plantar es una inflamación que afecta al conjunto de ligamentos que se sitúa en la planta del pie y que une el talón con los dedos de los pies. La causa más frecuente de dolor en la planta del pie o en el talón.

Suele afectar a personas adultas si bien puede aparecer en personas de menor edad que son corredores o en personas dedicadas a la danza y el ballet. Puede afectar a un único pie o a ambos.

“El dolor puede generar una impotencia funcional. Normalmente se genera al levantarse por la mañana y disminuye gradualmente al caminar, pero empeora durante los primeros pasos después de periodos de reposo prolongados o con el aumento de la intensidad de la actividad: al subir escaleras, poniéndose de puntillas, al caminar descalzo y con la flexión dorsal del tobillo y de los dedos”, señala Marta García Landete, vocal II Albacete de Coficam.

¿Cuáles son las causas de la fascitis?

La fascitis plantar se produce como consecuencia de traumas repetidos sobre la fascia plantar que llevan a que ésta se inflame. En Redacción Médica apuntan que sus causas pueden ser:

  • El golpeo repetitivo de la planta del pie por diversas actividades, como correr, bailar, saltar, etc. A veces se produce al pasar de correr en una superficie blanda a una más dura.
  • Alteraciones en la forma de caminar, como meter el pie hacia dentro cuando se anda (pronación excesiva).
  • En profesiones o circunstancias en las que se requiere estar mucho tiempo de pie.
  • En profesiones o circunstancias en las que se camina frecuentemente sobre superficies duras.
  • Cuando se utiliza calzado inapropiado o defectuoso.

Además, se ve favorecida por las siguientes circunstancias:

  • La obesidad y el sobrepeso.
  • La presencia de un pie plano o un de un pie cavo.

Para impedir la aparición de esta patología lo más indicado es la prevención

  • Calzado ancho. Se aconseja el uso de calzado ancho y con la horma adecuada a nuestro pie. El tacón recomendable es de 2-5 cm. Evita llevar calzado estrecho y con poca suela (manoletinas, por ejemplo). Además, es importante que esta no sea resbaladiza para que los dedos no hagan garra sobrecargando el pie y así eludir caídas.
  • Pie sujeto. Escoge calzados con tiras en el tobillo y talón, para que el pie no solo deba sujetarse al calzado por los dedos y así, distribuir mejor el esfuerzo al caminar en todo el pie y reducir la inestabilidad que puede ser causa de lesiones.
  • Evita las chanclas. No uses chanclas con la tira entre pulgar e índice ya que cambia la distribución de fuerzas en la biomecánica de la marcha produciendo dolor y deformidades.
  • Zapato adaptado cada actividad. Adecua el calzado a la actividad que vas a realizar y revisa que este se encuentre en buen estado.
  • Evita andar descalzo. Sobre todo, si es por terreno duro. Sí se aconseja un paseo por la playa, ya que es un buen ejercicio para reforzar nuestros músculos y mejorar la propiocepción.
  • Cambia de calzado de forma regular y haz estiramientos de todo el miembro inferior, haciendo hincapié en la cadena posterior de la pierna y la fascia plantar.
  • Masajea la zona. Ponte crema hidratante mediante un pequeño masaje y con una botellita helada ruédela por el suelo.

Si a pesar de seguir estas recomendaciones se sigue sufriendo esta patología, lo más recomendable es acudir a un fisioterapeuta colegiado.

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