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Un estudio a largo plazo iniciado en Boston en 1938 y aún en marcha con los hijos de los participantes ha concluido que las personas más felices son aquellas que mantienen y cuidan sus relaciones personales.
Los resultados se presentan en el libro "Una buena vida", escrito por los doctores Robert Waldinger y Marc Schulz, y se basan en el Estudio de Harvard sobre el Desarrollo en Adultos, considerado el estudio más extenso sobre la felicidad humana.
Las personas felices son las que cuidan sus relaciones personales
Un estudio a largo plazo iniciado en 1938 en Boston ha concluido que las personas con mayor nivel de felicidad son las que cuidan y mantienen sus relaciones personales en todos los ámbitos de su vida.
El estudio, que aún sigue en marcha con los hijos de los primeros participantes, se recoge en el libro "Una buena vida" de los doctores Robert Waldinger y Marc Schulz. Según el estudio, el motor de una buena vida no es el yo, sino nuestra conexión con los demás.
Las personas más conectadas con la familia, amigos y comunidad son más felices y están físicamente más sanas que las personas que están peor conectadas. Además, la salud de las personas que están más aisladas de lo que desean se deteriora antes que la de quienes se sienten conectados con los demás.
El estudio también destaca que nunca es tarde para mejorar las relaciones personales y la calidad de vida.
¿Qué nos da la felicidad?
Un especialista se ha convertido en el nuevo director del Estudio de Harvard sobre el Desarrollo en Adultos, tras leer la vida de dos pacientes y sus descendientes. Destaca la importancia de conocer la historia de las personas, ya que es increíble ver todo lo que les ha pasado y lo que les hace felices.
Entre los pacientes que más le ha impresionado se encuentra un hombre de buena familia que había estudiado en Harvard y que eligió una vida más sencilla para cuidar de su madre.
Los investigadores afirman que el dinero no da la felicidad, pero es necesario tener cubiertas de forma razonable todas las necesidades. También se ha estudiado el efecto en la felicidad de recibir un premio de la lotería o tener una enfermedad incapacitante.
Según los resultados, después de un año, los niveles de felicidad vuelven a ser muy parecidos a los que tenía la persona.
El psiquiatra estadounidense destaca una "pandemia de soledad" desde los años 50 del siglo pasado, y cómo las personas han ido dejando de participar en la comunidad, en la parroquia o haciendo sus relaciones personales más débiles. Por ello, destaca la importancia de cultivar las relaciones familiares y de amigos, y de no dejar morir nuestras amistades.
La idea de felicidad también cambia según las épocas, pero básicamente se mantiene que lo que nos mantiene felices es "encontrar un propósito acorde con las expectativas del tiempo que nos toca vivir".
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