Diagnostican a Frida Kahlo con síndrome de cola de caballo 70 años después de su muerte

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09/11/2024 - 11:00
La columna rota de Frida Kahlo

Lectura fácil

Frida Kahlo padecía el síndrome de cola de caballo (SCC) de origen traumático, según han determinado investigadores del Instituto Guttmann de Barcelona, setenta años después de la muerte de la renombrada pintora mexicana.

Nacida en 1907, Kahlo es una de las artistas más reconocidas del siglo XX, a pesar de haber vivido solo 47 años y de haber enfrentado problemas de salud significativos, resultado de un accidente automovilístico que le causó diversas secuelas. A lo largo de su vida, la pintora sufrió dolores constantes debido al síndrome de cola de caballo y pasó largos periodos inmóvil.

El diagnóstico del síndrome de cola de caballo

Los médicos de la época señalaron que los dolores que experimentaba Frida Kahlo tenían diversas causas, incluyendo fracturas, inmovilización, secuelas de polio y espina bífida. Sin embargo, una investigación realizada por especialistas del Instituto Guttmann, que revisó los informes médicos y la documentación de la artista, ha determinado que parte de sus síntomas podrían deberse a un síndrome de cola de caballo (SCC) de origen traumático.

La SCC es una condición que resulta de una lesión en las raíces nerviosas de la región inferior de la médula espinal. Según los investigadores del Instituto Guttmann, este diagnóstico proporciona la explicación más completa de los síntomas que afectaron la vida y obra de Kahlo, tal como se detalla en un estudio publicado en la revista Journal of Neurology.

Resiliencia y arte frente a la adversidad

Nacida en 1907 en Coyoacán, Ciudad de México, Kahlo contrajo poliomielitis a los 6 años, lo que le dejó secuelas permanentes, ya que su pierna derecha era más corta y débil que la izquierda.

A los 18 años, sufrió un grave accidente de autobús, que le causó múltiples fracturas: se dislocó el codo izquierdo, los tobillos y los hombros; rompió varias costillas y sufrió tres fracturas en la pelvis, así como 11 en el pie derecho, que quedó aplastado.

Dos de sus vértebras lumbares, la L3 y la L4, también se fracturaron y dislocaron. Además, una barandilla de hierro le provocó una perforación abdominal, con entrada por la cadera izquierda y salida por la vagina. Tras el accidente, la pintora mexicana pasó un mes en el hospital y otros dos meses en casa, durante los cuales no pudo moverse.

El dolor crónico

Después de su recuperación, Kahlo continuó sufriendo fatiga y dolor en la espalda, las piernas y los genitales, y su condición empeoró con el tiempo. Entre 1946 y 1950, se sometió a ocho operaciones, pero persistieron el dolor y la fatiga crónicos.

Investigadores del Instituto Guttmann revisaron los documentos de su médico, Leo Eloesser, que indicaron una disminución de la sensibilidad en la parte inferior de su cuerpo. Concluyeron que esta reducción, junto con el dolor neuropático en las piernas y genitales, coincide con el diagnóstico de síndrome de cola de caballo (SCC), consecuencia del accidente.

El síndrome de cola de caballo explicaría parte de los síntomas de Kahlo, como el intenso dolor de espalda y la pérdida de sensibilidad. La artista también mencionó un dolor ciático persistente y una hipersensibilidad al tacto en las zonas genitales, que los investigadores atribuyen a un dolor espontáneo continuo y una alodinia.

Estos dolores neuropáticos podrían estar relacionados con el SCC, según los expertos del Instituto Guttmann, que destaca la importancia de identificar el síndrome de cola de caballo en pacientes históricos como Kahlo para entender mejor sus síntomas.

Los corsés ortopédicos

Los corsés ortopédicos utilizados por Frida Kahlo, que aparecen en su obra "La columna rota", no eran un tratamiento adecuado, según investigaciones recientes. Los avances médicos del siglo XXI han demostrado que estos corsés pueden causar atrofia muscular, agravar el dolor y provocar trastornos de la marcha, lo que probablemente contribuyó a su discapacidad, según Kumru.

Además, los investigadores de Guttmann no encontraron evidencia en las cartas de Kahlo ni en la literatura que sugiriera síntomas de postpolio o espina bífida antes de su accidente. En el caso del síndrome postpolio, se ha descartado, ya que sus síntomas aparecen 50 años después de la enfermedad, y Kahlo no presentaba déficit sensitivo. En 1953, sufrió la amputación de su pierna derecha debido a una gangrena y falleció al año siguiente.

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