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Las mayores economías del mundo, integradas en el G20, siguen sin integrar medidas para mejorar la calidad del aire en sus planes climáticos nacionales, mientras que los países de bajos y medianos ingresos (más expuestos a la contaminación atmosférica) muestran más atención y ambición en esa materia, con Colombia y Mali como líderes mundiales.
Esa es la conclusión principal de un nuevo análisis de Alianza Global para el Clima y la Salud (GCHA, por sus siglas en inglés), que coordina más de 150 organizaciones sanitarias unidas por reducir los impactos del cambio climático en la salud.
El 99 % de la humanidad respira aire contaminado, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las exposiciones más altas están en los países de ingresos bajos y medios.
España no queda incluida en el análisis de los planes nulos de las estrategias para mejorar la calidad del aire
El estudio de la GCHA evalúa 169 países (España no está incluida) y la UE, a los que puntúa en cinco categorías:
- Impactos sobre la salud.
- Contaminantes atmosféricos.
- Sectores considerados fuentes de contaminación atmosférica.
- Medidas adoptadas en ellos para mejorar la calidad del aire.
- Economía y finanzas.
- Puntos extra (por menciones a las directrices de la OMS sobre la calidad del aire, por ejemplo).
Incluye la denominada Tarjeta de Puntuación sobre Aire Limpio, que compara las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) o planes climáticos que han presentado los países a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc), tal y como exige el Acuerdo de París.
Ese ranking, que establece un máximo de 15 puntos, revela cómo los países integran las consideraciones sobre la calidad del aire en sus planes climáticos nacionales y examina si reconocen las repercusiones de la contaminación atmosférica en la salud o si dan prioridad a las medidas para mejorar la calidad del aire.
Colombia y Mali están al frente de la lista, con 12 puntos, por delante de Chile, Costa de Marfil, Nigeria, Pakistán y Togo; Ghana y Albania, Bangladesh, Camboya, El Salvador, Honduras, Moldavia y Sierra Leona.
Catorce de esos 15 países con al menos 8 puntos son naciones de bajos o medianos ingresos, es decir, todos salvo Chile.
Entre los países del G20, Canadá y China lideran la integración de la calidad del aire en sus planes climáticos nacionales, con siete puntos.
Los países con menor puntuación son Australia, Brasil, la UE y la India, así como Emiratos Árabes Unidos, que acogerá la Cumbre del Clima de este año, conocida como COP28, en Dubái desde el próximo 30 de noviembre. Indonesia y Arabia Saudí ocupan los últimos puestos de la clasificación, con uno y cero puntos, respectivamente.
En todo el mundo se producen siete millones de muertes prematuras al año debido a la contaminación atmosférica
Por su parte, Jess Beagley, líder de políticas de la GCHA, indica que ese ranking confirma “el coste humano que supone retrasar la inevitable eliminación progresiva de los combustibles fósiles”.
“Como grandes contaminadores mundiales, es crucial que los países del G20 consideren la calidad del aire en sus NDC, pero ningún gobierno del G20 obtiene ni siquiera media puntuación, lo que indica una falta de reconocimiento de los vínculos entre el clima y la calidad del aire, o de ambición por tomar medidas. Es revelador que los países que pretenden tomar las mayores medidas contra la contaminación atmosférica sean a menudo los que sufren el mayor impacto", indica Jess Beagley, líder de políticas de la GCHA.
De los 170 compromisos evaluados, menos de un tercio se refieren a los efectos de la contaminación atmosférica sobre la salud. Algunos de los mayores emisores de gases de efecto invernadero, como India, Indonesia, Arabia Saudí y Australia, han hecho poca o ninguna mención a la contaminación atmosférica en sus planes climáticos.
El Informe sobre el Estado de la Financiación Mundial para la Calidad del Aire, publicado recientemente, revela que solo un 1% de toda la financiación internacional para el desarrollo (o 17.300 millones de dólares) se destinó entre 2015 y 2021 expresamente a combatir la contaminación del aire. En todo el mundo se producen al año siete millones de muertes prematuras por la contaminación atmosférica.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recalcó el pasado agosto que las subvenciones a los combustibles fósiles han aumentado hasta los siete billones de dólares, mientras que solo los países del G20 gastaron 1,4 billones de dólares en combustibles fósiles en 2022. "En lugar de alimentar nuestra propia destrucción, debemos invertir en soluciones que protejan y promuevan la salud", destaca Beagley.
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