Lectura fácil
Hachiko, el perro fiel, nació en 1923 y fue adoptado por Hidesaburo Ueno, un profesor universitario de Tokio. Desarrollaron un vínculo muy fuerte, convirtiéndose en su compañero leal. Todos los días, el perro acompañaba a su amo a la estación de tren y lo esperaba allí hasta que regresara del trabajo. Sin embargo, en 1925, el profesor Ueno falleció repentinamente y nunca regresó a la estación.
A pesar de esto, el perro continuó yendo a la estación todos los días durante casi diez años, esperando a su amo. Su historia de devoción y lealtad conmovió a muchas personas y se convirtió en un símbolo de amor incondicional.
Hachiko: el perro leal que esperaba todos los días a su dueño
Hachiko, un perro de raza Akita, nació en 1923 y fue adoptado por Hidesaburo Ueno, un profesor de la Universidad de Tokio. Desde entonces, el animal desarrolló un fuerte vínculo con su dueño y lo acompañaba todos los días a la estación de tren.
Sin embargo, en 1925, el profesor Ueno falleció repentinamente y nunca regresó a la estación. A pesar de esto, Hachiko continuó yendo a la estación todos los días durante casi diez años, esperando a su amo.
Su historia de lealtad y devoción conmovió a muchas personas y se convirtió en un símbolo de amor incondicional. En 1934, se erigió una estatua de bronce en su honor frente a la estación de Shibuya en Tokio, donde esperaba a su dueño. Hachiko falleció en marzo de 1935, pero su legado vive hasta el día de hoy.
¿Cómo es la historia real? Todos los detalles
Ueno solía tomar el tren hacia su trabajo varias veces a la semana. Sin embargo, un día trágico, Ueno falleció debido a una hemorragia cerebral cuando solo tenía 53 años. El animal había estado con él durante solo 16 meses, pero su conexión era profunda.
A pesar de estar lejos de su dueño, el animal no dejó de hacer su viaje diario a la estación. No importaba si hacía sol o si llovía a mares, siempre se paraba en la puerta de entrada por las noches y miraba a cada pasajero, como si estuviera buscando a alguien.
La estación comenzó a recibir donaciones de comida todos los días, y turistas de todas partes venían a verlo. Se escribieron poemas y haikus en su honor, y en 1934 se organizó un evento para recaudar fondos y erigir una estatua en su honor, al cual asistieron alrededor de 3.000 personas.
Después de su muerte, miles de personas visitaron su estatua en los días posteriores. Incluso en el empobrecido Japón de la posguerra, se llevó a cabo una campaña de recaudación de fondos para una nueva estatua de Hachiko, que logró recaudar una suma enorme en ese momento, demostrando el impacto duradero de la historia y su lealtad eterna.
Una estatua conmemorativa en recuerdo a su legado y amor
Cada año, el 8 de abril se lleva a cabo un servicio conmemorativo fuera de la estación de Shibuya. Su estatua suele estar decorada con bufandas, gorros de Papá Noel y, más recientemente, una máscara quirúrgica. Algunos de sus restos están enterrados en el cementerio de Aoyama, junto a Ueno y Yae.
También se han fundido estatuas de él en Odate, la ciudad natal de Ueno, Hisai, la Universidad de Tokio y Rhode Island, el escenario estadounidense de la película de 2009. A pesar de que han pasado casi 100 años desde la muerte de Hachiko, se espera que su legado y su historia de amor incondicional perduren en el tiempo.
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