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La herencia y su repartición son importantes en España y ocurren con frecuencia. Sin embargo, existe desconocimiento y falta de planificación, lo que puede llevar a cometer errores graves. Los notarios están sorprendidos por la falta de planificación de las familias al hacer testamentos y en el proceso de herencia, lo cual refleja una falta de preocupación en este tema.
Los expertos notarios señalan cinco errores comunes que se cometen en España debido a la falta de preocupación y planificación por parte de los ciudadanos.
La herencia: un desconocimiento por parte de muchas personas
La herencia y su repartición son aspectos jurídicos esenciales en España y ocurren con frecuencia. Sin embargo, existe un gran desconocimiento sobre este tema, lo cual puede conducir a cometer graves errores. La planificación y el conocimiento sobre el proceso son fundamentales para evitar errores y asegurar una distribución justa de los bienes.
Los notarios en España se sorprenden por la falta de planificación de las familias y personas al momento de hacer testamentos y gestionar herencias. Esta falta de previsión revela una falta de interés en cuanto a las herencias en el país.
En este sentido, los notarios expertos han identificado cinco errores comunes que se suelen cometer en España en relación al proceso de repartición de herencias. Estos errores son el resultado de la falta de preocupación y la escasa planificación por parte de los ciudadanos.
Algunos de estos errores incluyen no hacer testamento, desconocer los impuestos a pagar, no escriturar la vivienda a tiempo, no dejar dinero en efectivo y desconocer los efectos de las donaciones.
Es importante tener en cuenta estos errores y buscar asesoramiento adecuado para evitar complicaciones innecesarias en el proceso de herencia.
¿Qué debemos tener en cuenta para no caer en errores durante este proceso?
Es fundamental que tanto el testador como los herederos tengan un conocimiento completo del proceso de sucesión. Esto les permitirá comprender el orden de sucesión de los herederos, tanto en casos con un testamento válido como en aquellos sin testamento.
En el caso del testamento, se divide en tres partes. El tercio de la legítima se reserva para los herederos forzosos, quienes recibirán una parte equitativa de la herencia. El tercio de mejora se divide equitativamente entre los herederos forzosos, pero puede beneficiar a algunos más que a otros.
Por último, el tercio de libre disposición es más flexible, ya que el testador puede designar como heredero a cualquier persona, independientemente de su parentesco, y no está obligado a distribuirlo de manera equitativa. Todo ello se engloba dentro del proceso de cualquier herencia, independientemente de la circunstancia.
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