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La atención y el apoyo emocional recibido en las primeras horas después de un trauma pueden tener un impacto significativo en la salud mental a largo plazo. Los profesionales de la salud mental han descubierto que las personas que reciben un apoyo adecuado y comprensivo en este período de tiempo tienen más probabilidades de recuperarse y superar el evento traumático.
El tipo de apoyo emocional brindado durante estas “horas doradas” después del trauma puede ayudar a las personas a sentirse comprendidas, validadas y respaldadas.
¿A qué se refieren los expertos con el término “horas doradas”?
La forma en que las personas afrontan los traumas y eventos adversos puede variar considerablemente. Si bien las características personales y el contexto desempeñan un papel importante, los profesionales de la salud mental también han destacado el impacto crucial del apoyo emocional inmediato después de un trauma. Estas “horas doradas” después del evento traumático son una ventana de oportunidad para intervenir de manera comprensiva y empática.
El psiquiatra Joseph Zohar introdujo el concepto de “horas doradas”, refiriéndose al período entre el trauma y la aparición de trastornos asociados. Durante este tiempo, se pueden tomar medidas para procesar el trauma de una manera menos perjudicial para la víctima. Una intervención temprana y adecuada puede marcar la diferencia en la salud mental a largo plazo.
Sin embargo, a menudo, nuestras respuestas a personas que han experimentado traumas pueden ser contraproducentes. Intentar anestesiar el dolor con medicamentos o simplemente esperar a que el tiempo cure la herida interna no aborda de manera efectiva las necesidades emocionales de la persona. Es importante aprender cómo brindar un apoyo adecuado durante estas horas cruciales.
Distracción y apoyo crucial a las víctimas
En las primeras horas después de un trauma, las “horas doradas”, es importante distraer a la víctima del hecho traumático en sí, pero sin ignorar su sufrimiento. Durante este tiempo, la consolidación de la memoria a largo plazo está en curso, por lo que se debe evitar que la mente de la víctima se enfoque constantemente en los detalles y las imágenes traumáticas.
Buscar ayuda y establecer comunicación con personas significativas en los días posteriores a un trauma también ha demostrado reducir el riesgo de desarrollar trastorno de estrés postraumático.
Es importante evitar participar en sesiones informativas o grupales que revivan los recuerdos traumáticos durante las horas posteriores al evento traumático. Estas sesiones pueden reforzar los recuerdos a medida que pasan de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo, perpetuando así la impronta traumática.
Los psicofármacos no son una buena opción
Durante las “horas doradas”, los expertos advierten que es recomendable evitar el uso de psicofármacos durante este período. Estos medicamentos solo servirían para narcotizar y bloquear la expresión del dolor, que es una parte necesaria del proceso de recuperación.
Aunque puede resultar difícil para nosotros soportar el dolor de los demás si no estamos acostumbrados, brindar apoyo y acompañamiento emocional es la mejor ayuda que podemos ofrecer a alguien que ha sufrido un trauma y que se encuentre enfrentándose a las “horas doradas”.
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