Los bombardeos y ataques rusos traspasan las fronteras de Ucrania y llegan hasta los ecosistemas naturales, dejando daños irreparables tanto en el medio como en la fauna.
Esta tecnología, que aporta algo más de una quinta parte de la electricidad en nuestro país, es considerada poco o nada segura por un 51,6 % de la población.
En las grandes empresas de moda se suele utilizar el poliéster, uno de los tejidos más demandados y que mayor contaminación posee para los entornos ambientales.
Encontrarse chicles pegados en las aceras ya es algo muy común, algo que termina suponiendo un problema estético, pero también ambiental. La goma de mascar se ha convertido en el segundo residuo más común y dañino, junto a las colillas.