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Los implantes tecnológicos están a la orden del día y cada vez tienen más aplicaciones. Todo un movimiento en el que empiezan a surgir términos como transhumanismo o 'ciborg' fuera de los mundos de ficción, están cada vez más presentes. Sin embargo, el área de la medicina es donde aún siguen teniendo su principal impacto. El desarrollo de la tecnología para los tratamientos de enfermedades y mejoras es realmente importante para seguir avanzando.
Afortunadamente, las investigaciones para sustituir medicación y terapias por formas más efectivas de tratar a los pacientes con dolencias complicadas o crónicas, van mejorando y avanzando. En esta ocasión, un grupo de investigadores, bajo la dirección del ingeniero de materiales y químico de la Universidad Northwestern de Chigado, el científico John A. Rogers, han publicado una investigación en la revista 'Science' sobre la creación de unos implantes tecnológicos para aliviar el dolor en pacientes que han sufrido cirugías agresivas o con dolores intensos.
Implantes tecnológicos que inhiben el dolor
De apenas cinco milímetros de tamaño y una anchura muy parecida a la de una hoja de folio, estos implantes tecnológicos desarrollados por este grupo de investigadores, tienen una forma flexible y pequeña, lo que los hace manejables. Además, son biodegradables y biocompatibles para ser diluidos en agua, para que puedan ser eliminados una vez hayan dejado de ser necesarios sin tener que volver a intervenir al paciente.
Pero lo más importante de estos implantes tecnológicos no son su tamaño o características en cuanto a materiales, sino lo que son capaces de hacer. Gracias a su flexibilidad, pueden acoplarse en cualquiera de los nervios afectados de nuestro cuerpo que nos estén causando dolor, de esta manera, pueden empezar a segregar frío para adormecer estos nervios y de esta forma interrumpir las señales de dolor que se están enviando al cerebro, sin dañar tejido.
Estos implantes tecnológicos trabajan en conjunto con una bomba externa desde la que se puede controlar tanto la intensidad en la que hace falta liberar ese frío, como controlar la distancia para encontrar el lugar exacto en el que ejercer su labor calmante. Gracias a su carácter biodegradable y soluble, se reabsorbe de forma natural por el propio cuerpo y se elimina. Sin lugar a dudas, se encuentra entre los avances tecnológicos más punteros y con una gran capacidad de utilización en diferentes patologías o tratamientos de dolores de todo tipo.
Un prototipo en pruebas
De momento solo se trata de un prototipo que ya ha tenido grandes éxitos en ratas, lo que ha impulsado a que estos investigadores quieran empezar las pruebas con humanos. Este tipo de implantes tecnológicos son especialmente prometedores para pacientes que hayan sido sometidos a cirugías altamente invasivas, que tengan dolores crónicos o que necesiten una alternativa a la medicación convencional. También es otra forma de reducir el consumo de medicamentos y los efectos secundarios de los mismos.
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