5 consejos muy útiles y sencillos para prevenir las infecciones urinarias este verano

El verano se convierte en un especial calvo de cultivo para las infecciones urinarias. Con el exceso de calor, sudamos más por todo nuestro cuerpo, tendemos a alimentarnos algo peor y un remojón en la playa o la piscina no pueden faltar. Estos son factores que acaban generando importantes riesgos a la hora de llegar a desarrollar una cistitis o una candidiasis. En este sentido, las mujeres somos especialmente propensas.

“La cistitis es aquella infección que afecta a la vejiga o a las vías urinarias inferiores causada por microorganismos”, explica el farmacéutico e investigador de productos naturales José Antonio Valdés González, en una entrevista para 20minutos Salud. “Las mujeres son las más propensas a sufrirlas por su anatomía, ya que tienen una uretra más corta y está más cerca del recto, en comparación a los hombres. Esto facilita el riesgo de entrada de bacterias a las vías urinarias, lo que puede desencadenar esta infección”.

Las causas más frecuentes para desarrollar infecciones urinarias

Según el farmacéutico, existen claras causas que promueven las infecciones urinarias de forma general. Las más importantes son tres. La primera de ellas tiene que ver con la higiene descuidada, sobre todo después de mantener relaciones sexuales, orinar después de tenerlas reducirá las probabilidades ampliamente. La higiene también está relacionada con el segundo punto: los cambios del pH.

Los órganos sexuales, en especial la vagina, suelen ser sensibles a los cambios de pH, por lo que es importante no utilizar jabones fuertes o excedernos con el consumo de azúcares refinados. También puede deberse a los cambios hormonales, por eso cuando tenemos la regla somos más propensas a sufrir infecciones urinarias. Por último está el estrés o el exceso de antibióticos, ya que desequilibran nuestra microbiota y la debilitan.

5 tips para prevenirlas este verano

El verano es una época en la que las infecciones urinarias se incrementan, sobre todo la cistitis, “debido a los cambios de temperatura entre el agua de la piscina o la playa y el exterior, la mayor sudoración y la humedad de los bañadores que favorecen el crecimiento de microrganismos y bacterias que afectan a determinadas zonas y, en especial, a la zona vaginal’’, explica el experto y nos da las siguientes recomendaciones:

Atender a nuestras prendas interiores

Aunque no lo parezca, llevar ropa interior adecuada es la mejor forma de prevenir una cistitis. Lo ideal es que sean prendas de algodón, que no concentren la humedad, que sean de nuestra talla, para que no nos aprieten y a ser posible de tejidos transpirables. Por supuesto, es importante no pasar demasiadas horas con el bañador mojado.

“Llevar un bañador mojado durante muchas horas es el perfecto escenario para las bacterias que causan infecciones. Procurar cambiarse de ropa después de estar en el agua”, recalca Valdés.

Higiene, pero adecuada

La higiene es fundamental para proteger nuestros órganos sexuales, no solo de las infecciones, sino también de otras enfermedades. Nada mejor que un cambio regular de ropa interior y agua templada para su limpieza. Si quieres utilizar jabones, asegúrate de que son neutros e intenta no abusar de ellos, ni de las duchas vaginales.

También después de las relaciones sexuales

Como ya hemos mencionado antes, “Es importante orinar una vez finalizado el acto sexual, ya que reduce la posibilidad de que bacterias queden alojadas en las proximidades de la uretra”, explica el experto.

El agua es nuestra mejor aliada

No solo porque nos ayuda a mantenernos hidratados, sino también porque: “Tomar líquidos favorece la limpieza de tus vías urinarias mediante la orina, evitando así la aparición de bacterias que provocan la aparición de infecciones urinarias", explica el farmacéutico. Si sientes que podrías estar desarrollando una cistitis, lo mejor es beber más cantidad de agua para pararla a tiempo.

Una alimentación adecuada

La alimentación es la base de la salud y por eso es importante no descuidarla en exceso. Una desregulación en nuestra microbiota puede cambiar nuestro pH haciéndonos vulnerables a las infecciones urinarias. Por eso, además de beber agua, es recomendable incorporar alimentos como los arándanos, evitar el exceso de azúcares, que favorecen la aparición de cándida, e incluso introducir probióticos para bloquear la proliferación de bacterias perjudiciales.