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La Inteligencia Artificial lo ha cambiado todo, tanto es así, que hasta las personas nos encontramos totalmente vulnerables, pero no desde o por su concreta aparición, sino por el mismo uso que hacemos de ellas.
No somos conscientes del arma de doble filo en que hemos convertido esta herramienta muestra de la evolución digital, que en vez de utilizarse para mejorar la actividad humana hacia el progreso, se está usando para distorsionar, manipular y chantajear creando una realidad que no existe.
Es por ello que, en pleno siglo XXI, da vergüenza y repugna el ver cómo el ser humano sigue asentado en la época de las cavernas y utiliza los avances tecnológicos para darse de golpetazos como los Neandertales con su mazo.
La Inteligencia Artificial no es el problema, el problema como siempre, radica en el ser humano y su falta de ética y valores
Y es que las alarmas no han parado de saltar, y la situación parece ir a peor, pues recientemente, un caso en el que fotos de una veintena de menores 'aparecían' desnudas ha circulado por Internet.
Y decimos 'aparecían' porque la realidad no era la que se mostraba la foto, pues alguien había hecho uso de la Inteligencia Artificial para manipular a través de otras fotos para crear una realidad totalmente falsa.
Lamentablemente, en Internet encontramos miles de programas y aplicaciones, conocidas como deepfake, que analizan la imagen que se proporciona en un principio y eliminan la ropa, suplantándola con una base de datos de desnudos. Eso es sumamente fácil de hacer, de forma gratuita o con un mínimo coste.
Y ese es el problema, el 'buffet libre' que ofrece Internet para todos nosotros y cómo aprovechamos para hacer ese mal uso que no solo perjudica a la víctima o víctimas, sino a toda la humanidad.
Esta situación con el uso nada responsable de la Inteligencia Artificial ya tiene en alerta al FBI de los Estados Unidos, pues se ha dado un aumento de casos de extorsión, en la que delincuentes crean imágenes falsas para chantajear.
Además, son varios los casos de personas muy conocidas que se han topado con este grave problema:
- La influencer Laura Escanes, contó por sus redes sociales que le había llegado un enlaces con imágenes suyas totalmente desnuda y que habían sido creadas por la Inteligencia Artificial.
- El Líder del PP, Alberto Núñez Feijóo aparece hablando inglés a la perfección en una entrevista, cuando no conoce el idioma, algo que también sale del uso de la IA, que se consigue mediante una nueva app llamada HeyGen, que transcribe, traduce y dobla audio a diferentes idiomas.
- Stephen Fry, intérprete y lector habitual de los audiolibros de la saga de Harry Potter descubrió que su voz relataba un documental en el que no había participado.
El alcance de la Inteligencia Artificial es tal, que no solamente podemos manipular una imagen, sino que hasta la propia voz puede ser ultrajada. Es decir, en los ejemplos del líder del PP y el intérprete, somos testigos de cómo esta tecnología en malas manos, puede conseguir propagar vídeos de estas personas diciendo cosas que nunca dijeron, manipulando totalmente y creando un problema bastante peligroso para las víctimas.
Las sociedades necesitan estar limitadas con esta tecnología y sus usos, se necesitan urgentemente reglamentos serios
Para usar la Inteligencia Artificial con estos fines, las personas que se encargan de manipular no necesitan ni conocer a la víctima, ni vivir en el mismo país siquiera.
No existen límites al respecto, y los expertos lo tienen claro, el problema no es la tecnología en sí, sino el uso que hacemos, la ética de las personas.
Es por ello que muchos analistas, como el considerado 'padrino' de la IA, Geoffrey Hinton, que renunció a su trabajo en Google por su alta preocupación debido al nulo control que se tiene sobre estos avances tecnológicos.
Desde abril de 2021 la Comisión Europea se encuentra desarrollando un marco regulador para el control del uso de la Inteligencia Artificial, en junio de 2023 los eurodiputados adoptaron su posición negociadora sobre la ley, y actualmente, están en conversaciones para darle la forma final a esa regulación. El objetivo es simple, poder garantizar la seguridad y derechos fundamentales de todas las personas y empresa. Se espera alcanzar acuerdos para finales de este año y que la ley entre en vigor el 2025, pero para entonces, podemos encontrarnos con nuevos avances que no han quedado cubiertos, por lo que la ley, de poco servirá.
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