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Una nueva intervención de Irene Montero ha despertado las críticas de los partidos políticos en las redes sociales a raíz del uso del lenguaje inclusivo por parte de la ministra.
Durante su discurso, que pronunció en un acto de precampaña sobre derechos LGTBI, la titular de Igualdad empleó términos como "escuchados, escuchadas, escuchades"; "todos", "todas" y "todes" o "hijos, hijas e hijes", motivo por el que ha recibido críticas desde el PP, Ciudadanos y Vox.
Ridiculez. Estupidez. Memez. Todo con 'e'
No es la primera vez que Irene Montero mete la pata en el uso del lenguaje inclusivo. Esto demuestra que el lenguaje que tratan de imponer en Unidas Podemos es demasiado complicado.
No olvidemos que Montero ya se inventó la palabra “portavoza". Ha hecho todo lo posible por destrozar el idioma con su lenguaje inclusivo. Son numerosas las ocasiones en las que lo utiliza incorrectamente pese a los constantes avisos de la RAE.
Pero ella sigue insistiendo: "¿Que significa libertad, que una familia si lo desea pueda llevar a su hijo, hija e hije a una terapia de conversión, a ver si puede dejar de ser bollera, de ser maricón, a ver si deja de ser bisexual, de ser una persona trans?", dijo Montero.
Solo una sociedad que garantiza que puedes ser quien eres sin miedo, que defiende los derechos de todas las personas, es realmente democrática 🏳️⚧️🏳️🌈 Queremos una Comunidad de Madrid diversa y orgullosa, queremos #QueHableLaMayoria. pic.twitter.com/lfRRnb4fCa
— Irene Montero (@IreneMontero) April 16, 2021
A lo largo de su discurso, Irene Montero dijo palabras como "niñe", "hije", "todes", "escuchades", formas no aceptadas por la Real Academia y que algunos sectores como ejemplo de lenguaje inclusivo.
Es imposible no caer en la tentación de mofarse de las palabras de la ministra
Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos, dijo: "La igualdad se defiende con propuestas y trabajo, favoreciendo la conciliación, luchando contra la brecha salarial... Pero la ministra Irene Montero prefiere dedicar el tiempo a atacar a la lengua española y hacer este ridículo".
Por parte de Vox, la diputada Carla Toscano dijo: "Irene Montero, eres una ridícula. O una farsante, que es neutro".
Y Toni Cantó, exdiputado de Ciudadanos recién fichado por el PP dijo: "Irene Montero y el lenguaje inclusivo. Vaya manera de hacer el ridículo. Su ministerio nos cuesta 451 millones de euros, euras, eures".
El lenguaje inclusivo que utiliza Montero es intrínsecamente ridículo. Sin embargo, el humor no debe despistarnos de lo que se pretende con él: bajo el pretexto de visibilizar a colectivos oprimidos, se asigna a las palabras una dimensión multigénero como paso previo a la transformación de la realidad social.
Las estructuras gramaticales y las lenguas nacionales están vinculadas al ejercicio del poder de un grupo minoritario, representado por las élites burguesas. La gramática normativa perpetúa las desigualdades sociales, pues para ascender en el escalafón social deben aceptarse las reglas de la clase gobernante. Por eso se politiza todo, no solo el dolor: también el idioma o la biología.
Cuando Irene Montero critica al heteropatriarcado en realidad está señalando al capitalismo y cuando abandera el feminismo en realidad están ensalzando el comunismo. Pero claro, hablar en nombre de los derechos de las mujeres genera más consenso en torno a sus reivindicaciones que hacer apología de una ideología totalitaria y genocida.
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