Lectura fácil
Manos Unidas lanza la campaña "El efecto ser humano" contra el hambre, centrada en la justicia climática. Un estudio revela que el 90 % de los jóvenes españoles desconocen este concepto, y el 40 % no relaciona el cambio climático con la pobreza y las desigualdades.
El 90 % de los jóvenes españoles desconocen varios conceptos climáticos
Manos Unidas ha lanzado su nueva campaña contra el hambre, 'El efecto ser humano', centrada en la justicia climática para los más vulnerables. Según un estudio presentado por la ONG, el 90 % de los jóvenes españoles desconoce este concepto, y el 40 % no asocia el cambio climático con la pobreza y las desigualdades.
El coordinador de Campañas de Manos Unidas, Marco Gordillo, explicó en rueda de prensa que la investigación se realizó con el fin de comprender la percepción de los jóvenes españoles sobre la injusticia climática y su compromiso para combatirla. La encuesta, realizada por Manos Unidas en colaboración con GfK, entrevistó a 1.003 personas de entre 18 y 42 años de todas las comunidades autónomas.
Los resultados indican que solo el 10 % de los jóvenes conoce bien el término "justicia climática", mientras que el 48 % lo reconoce de oídas y el 42 % nunca ha oído hablar de ello. Aproximadamente el 25 % relaciona la justicia climática con proteger a las personas más vulnerables frente al cambio climático.
A pesar de que el 76 % de los jóvenes españoles cree en la realidad de la crisis climática y muestra preocupación al respecto, solo el 40 % percibe una conexión entre esta crisis y la desigualdad mundial. Además, un 69 % considera que las acciones de empresas y gobiernos de países desarrollados pueden contribuir significativamente a mitigar la injusticia climática, mientras que menos de la mitad (47 %) cree que sus propios estilos de vida y hábitos de consumo pueden ayudar.
Un llamado a la acción por la justicia climática y la equidad ambiental
En medio de estas reflexiones, el 76 % de los encuestados se siente capacitado para influir en la transformación del planeta hacia un lugar más justo y sostenible para las futuras generaciones. No obstante, expresan pesimismo respecto a la posibilidad de que exista un interés colectivo por parte de los países, la ciudadanía y otros agentes sociales para lograr este cambio.
Según Marco Gordillo, coordinador de Campañas de Manos Unidas, los jóvenes consideran que tienen el poder de cambiar el rumbo del planeta y crear un futuro mejor. Sin embargo, reconocen que se necesita un compromiso colectivo que involucre a gobiernos, empresas, sociedad en general y a cada individuo para lograrlo.
Por este motivo, la ONG ha lanzado la campaña 'El efecto ser humano', que hace un llamamiento a la justicia climática para los más vulnerables, especialmente la juventud. Cecilia Pilar García, presidenta de Manos Unidas, ha explicado que la campaña busca destacar cómo el deterioro del medio ambiente afecta de manera desproporcionada a millones de personas desfavorecidas en países que han tenido una mínima contribución a este problema.
García ha lamentado el consumo excesivo y la producción desmedida de los países desarrollados, que perpetúan la desigualdad y la pobreza en las naciones más vulnerables, poniendo en riesgo la vida de 735 millones de personas que sufren de hambre.
Durante los próximos 12 meses, Manos Unidas propondrá cambios en el estilo de vida que puedan tener un impacto significativo en la protección del medio ambiente. Esto incluirá la reducción del consumo de agua y energía, la prevención del desperdicio de alimentos y la promoción del reciclaje y la reducción de compras innecesarias.
Desafíos climáticos en Honduras y Kenia: Testimonios desde el terreno
En una vista desde el terreno, Donald Hernández, socio local de Manos Unidas y defensor de los derechos humanos de los pueblos indígenas en Honduras, ha compartido que los pronósticos internacionales sugieren que el panorama climático de Honduras empeorará de severo a agudo para el año 2030, a pesar de que los hondureños solo contribuyen con el 0,03% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Hernández señaló que además de la crisis climática mundial, Honduras enfrenta una crisis ambiental debido a actividades como la minería a cielo abierto y la producción de monocultivos como la palma africana o el maíz transgénico. Estas actividades están teniendo un alto costo para las comunidades más vulnerables, desplazando a personas de sus territorios.
En una perspectiva similar, la misionera María Soledad Villigua, cuya congregación ha estado trabajando en el desierto de Turkana (Kenia) durante 23 años, ha resaltado los impactos devastadores de la sequía en la población más vulnerable que depende del pastoreo o la pesca. Villigua lamentó la indefensión frente a los efectos de esta crisis climática y la indiferencia en cuanto a términos concretos como la justicia climática.
Añadir nuevo comentario