¿Sabes qué es la Leishmaniasis?

La leishmaniasis (o leishmaniosis) es una enfermedad provocada por un protozoo (organismos microscópicos) parásito del género Leishmania, forma parte de las enfermedades que preocupan a la Organización Mundial de la Salud por su capacidad de generar brotes

La enfermedad se puede presentar en 3 formas distintas:

Leishmaniasis cutánea (LC)

Es la forma más común, provoca lesiones cutáneas en las zonas expuestas y usualmente son ulcerosas, estas úlceras dejan cicatrices y son una posible causa de discapacidad grave.

Los casos de esta versión de la leishmaniosis se encuentras muy concentrados respecto a su locación geográfica, cerca del 95 % de los casos de leishmaniasis cutánea aparecen en Asia central, Oriente medio y América. En 2018 más del 85 % de los casos se presentaron en 10 países: Afganistán, Argelia, Bolivia, Brasil, Colombia, Irán, Iraq, Pakistán, Siria y Túnez.

Leishmaniasis mucotánea

Si los casos de LC están concentrados, los de su versión mucosa aun más. Más del 90 % de estos casos se presentan en Brasil, Bolivia, Etiopía y Perú.

Esta manifestación de la enfermedad destruye las membranas mucosas de la nariz, la garganta y la boca.

Leishmaniasis visceralo kala azar

Es mortal hasta en un 95 % si se no se trata a tiempo, se manifiesta con episodios irregulares de fiebre, anemia, pérdida de peso y hepatoesplenomegalia (inflamación del bazo y del hígado).

De nuevo en Brasil, África y la India es donde más frecuente se ven este tipo de brotes, Con más del 95 % de los casos repartidos entre Brasil, China, Etiopía, India, Iraq, Kenya, Nepal, Somalia, Sudán y Sudán del Sur.

Esta manifestación deja una secuela, llamada leishmaniasis dérmica poskala-azar, en la que aparece una erupción nodular, papular o macular recurrentemente en la cara, brazos y troncos.

Usualmente aparece entre seis y un año, en ocasiones más, de la supuesta curación del kala-azar.

¿Cómo se transmite?

Las leoshmanias se transmiten a través de la picadura de flebótomos (familia de los mosquitos) hembras que estén infectados, buscan ingerir la sangre para producir sus huevos. La epidemiología varía dependiendo de las características del parásito y de los flebótomos, y de las condiciones medioambientales en las que se desarrolle.

La OMS cuenta con características detalladas y que manifestación se da para cada región.

Por ejemplo, África cuenta con brotes habituales de leishmaniasis en el oriente del continente, mientras que en América son muy comunes los casos de leishmaniasis cutánea. Europa cuenta con casos mínimos y casi todos son importados, en el Mediterráneo Oriental se concentran el 70 % de los casos de leishmaniasis cutánea del mundo. La forma visceral es muy endémica en el Iraq, Somalia y el Sudán.

Diagnóstico y tratamiento

Sus diagnósticos se consiguen a través del conjunto de exámenes clínicos con pruebas parasitológicas o serológicas. Sin embargo, las segundas tienen limitaciones respecto a las versiones cutáneas y mucocutánea.

Los tratamientos son varios y, si bien es una enfermedad tratable, dependen del organismo de cada persona y de la situación en que se presente, los medicamentos por si mismos no pueden hacer frente a la infección por lo que una persona inmunodepresiva es propensa a volver a pasarlo.

El diagnóstico precoz ayuda a combatirlo, pero la forma más efectiva de tratarlo es evitarlo. Por ello la OMS tiene una labor activa en contra de la leishmaniasis, apoyando planes y prestando ayuda financiera y técnica a programas de lucha contra esta enfermedad.

Prevención

Los principales métodos de control y prevención radican en una detección precoz de la enfermedad, ya que así pasa un menor tiempo en el cuerpo de la persona, disminuyendo el riesgo de muerte y de transmisión lo que ayuda a controlar la propagación.

La lucha antivectorial también es una de las estrategias utilziadas, al reducir el número de flebótomos se reducen las posibilidades de transmisión. Tomar las precauciones adecuadas a la hora de tratar brotes es imperante para evitar una situación epidémica.

La OMS no solo presta apoyo financiero y logístico, sino que supervisa las tendencias epidemiológicas de los brotes y evalúa el impacto de los programas dedicados a luchar contra la enfermedad. De igual forma promociona la investigación de la enfermedad y los medios para combatir de una forma eficaz la enfermedad, centrándose especialmente en medicamentos, diagnósticos y vacunas.