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La lengua de signos es la lengua gestual que utilizan principalmente las personas sordas y aquellas que viven o se relacionan con este colectivo. Según la OMS, 466 millones de personas en todo el mundo tienen pérdida auditiva y solo en España esta lengua es empleada por 100.000 personas.
Es por tanto, un recurso necesario para la inclusión de muchas personas que requieren un entorno adaptado a sus circunstancias. Por ello, Asociaciones de familias con hijas e hijos sordos de la Comunidad de Madrid (Abipans), Galicia (Anpanxoga) y Cataluña (Volem Signar i Escoltar) han remitido una carta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la que reclaman la creación de un marco legal que garantice la protección de la infancia y la adolescencia sorda.
Piden que los menores puedan aprender la lengua de signos desde edades tempranas
Según informaron estas familias en un comunicado recogido por Servimedia, “se está negando de forma sistemática a estos menores la posibilidad de adquirir esta lengua, la única que desarrollan de manera natural”. “El síndrome de privación lingüística constituye un atentado contra los Derechos de la Infancia y la Adolescencia que su Gobierno debe evitar por todos los medios”, añaden.
Padres y madres quisieron mostrar al presidente su rechazo unánime ante el hecho de que el uso de implante coclear y audífonos sea la única opción comunicativa con la que cuente la infancia sorda: “A nuestras asociaciones llegan familias que aseguran que sus otorrinos de referencia les dicen que signar supone un obstáculo para el desarrollo de la lengua oral, cuando ciencia y legislación apuntan a todo lo contrario”, aseguraron.
Una situación que expusieron en reiteradas ocasiones a representantes del Congreso y de los ministerios de Sanidad y Educación, y que trasladarán al Parlamento Europeo de no obtener respuesta. “Imponer a las familias la condición de no utilizar la lengua de signos con sus hijos e hijas implantados es una aberración que afecta al desarrollo lingüístico, cognitivo y psicosocial de niños y adolescentes sordos y vulnera gravemente sus derechos fundamentales”.
También denunciaron la precariedad de recursos a la que se enfrentan los estudiantes sordos en todas las etapas educativas y la patente desigualdad territorial en el acceso a programas educativos bilingües en lengua de signos. “Es tarea del Estado regular las condiciones para garantizar el aprendizaje, conocimiento y su uso en condiciones de igualdad, así como los requisitos de una educación bilingüe que contemple esta lengua en el acceso a los contenidos curriculares”.
La lengua de signos ayuda a ampliar estudios y lograr un trabajo digno
Las representantes de Abipans, Anpanxoga y Volem Signar i Escoltar alertan de que esta dejación compromete su formación, y, por tanto, la consecución de un trabajo digno y de una vida independiente durante la edad adulta. Muestra de ello es el elevado número de alumnos sordos que no superan los estudios superiores o los abandonan: “Para nuestros hijos, la presencia de la lengua de signos en los centros educativos no es un capricho, es una necesidad”.
En este sentido, reclamaron al Ejecutivo a la creación de una Ley Marco que preserve los derechos de los niños y adolescentes sordos y promueva una educación no discriminatoria respecto a los alumnos oyentes. “Nuestros hijos e hijas crecen y el tiempo juega en su contra”. Una medida que pasa por la incorporación como parte del equipo docente de asesores sordos especialistas en lengua de signos, profesionales que actúan como modelo lingüístico y de identificación para los niños y niñas sordas en las primeras etapas de la educación.
Asimismo, consideraron imprescindible que formen parte del claustro el profesorado de apoyo en lengua de signos para facilitar el acceso del alumnado sordo a los contenidos curriculares durante la ESO, y las y los intérpretes desde el inicio del curso y durante todo el horario lectivo, a lo largo de toda la etapa postobligatoria. “Los derechos de la comunidad sorda son Ley y como tal, irrenunciables".
Más allá de la educación, y ante la obviedad de la necesidad de incluir en la sociedad a las personas con discapacidad auditiva, la lengua de signos ha de estar presente de una forma integral para que nadie se sienta excluido. Esto significa implantarla y ampliarla en programas culturales, en televisión, en informaciones institucionales, deporte, museos y todo tipo de actividades que estas personas precisen en su vida diaria.
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