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La Inteligencia Artificial (IA)ha experimentado un desarrollo y una aplicación sorprendentemente rápida en nuestro día a día, desde que se pusiese al servicio de los ciudadanos de a pie a través de plataformas gratuitas como OpenAI. Sin embargo, la llegada de las IAs ya llevaban tiempo estando previstas, y por este motivo la Unión Europea lanzó la propuesta de lanzar una normativa reguladora para todos los países miembros.
La Ley de Inteligencia Artificial sería pionera en el mundo, llegando así a convertirse en referente. A pesar de que el trabajo tanto de la Comisión como del Consejo y Parlamento europeos está realizando un trabajo activo que avanza a buen ritmo, de hecho, este próximo 25 de octubre será el último triálogo en el que quizá se llegue a un acuerdo final, este parece no estar siendo suficiente para las exigencias y la rapidez con la que funcional la IA.
Puntos básicos de la nueva Ley de Inteligencia Artificial
Dos años lleva ya la Unión Europea preparando el texto que compone esta nueva Ley de Inteligencia Artificial, cuyo principal objetivo es el de regular las prácticas y usos que se le da a esta herramienta. Entre los puntos principales de esta regulación se encuentra el atajar problemas como la desinformación, la vulnerabilidad de la privacidad de los usuarios o cuestiones que pongan en riesgo el respeto de los derechos humanos.
En este sentido, la UE quiere llegar a prohibir actividades con Inteligencia Artificial que incluyan:
- La identificación biométrica a distancia en el espacio público.
- Sistemas de evaluación sobre la fiabilidad de un individuo, basándose en su comportamiento social.
- Sistemas de predicción policiales.
- El reconocimiento de emociones para usarlos en la gestión de fronteras o los entornos laborales y educativos.
- Extracción sin límites ni motivos claros de datos biométricos de diferentes fuentes.
- El uso de técnicas de manipulación frente a los individuos.
- La discriminación por raza, religión, sexo o discapacidad.
- El uso de la IA por parte de las autoridades públicas para evaluar la fiabilidad de las personas.
Todas estas cuestiones requieren de una regulación eficaz y útil que ayude a evitar las posibles vulneraciones que el mal uso de la Inteligencia Artificial puede llegar a generar en la vida de los ciudadanos europeos. Sin embargo, estas vulneraciones no han esperado a que la ley esté aprobada.
La tortuga contra la liebre
La legislación vuelve otra vez a mostrar su talón de Aquiles frente a las tecnologías: la lentitud. Mientras se debate sobre las cuestiones que esta nueva ley debe incluir, varios delitos han ido aconteciendo en estos últimos meses. Desde estafas de toda naturaleza y magnitud, hasta el uso de imágenes trucadas en contenidos pornográficos, suplantación de identidad y vulneración de la privacidad de los usuarios, han sido solo algunos casos que más han resonado en los medios estos últimos días.
Por este motivo, desde varias organizaciones pro derechos humanos y otras entidades especializadas, ya señalan y aconsejan, que la nueva Ley de Inteligencia Artificial deberá agregar algunos puntos más dentro de los que se están debatiendo. Sobre todo aquellos que tienen que ver con la utilización de datos biométricos y la vulneración de la privacidad de los usuarios.
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