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Los carteles de precio impresos en papel desaparecerán de todos los establecimientos de Lidl en España, y serán sustituidos durante este año y el próximo por etiquetado electrónico, en cuya implantación la cadena invertirá 50 millones de euros.
La multinacional alemana anunció a través de un comunicado que el despliegue supondrá de media la colocación de unos 3.500 carteles digitales en cada punto de venta y un ahorro de más de 2.900 toneladas anuales de papel, lo que equivale a más de 49.000 árboles.
De esta forma, la compañía sigue aportando su granito de arena para el cuidado del planeta, apostando por ejercer una producción responsable y sostenible.
El etiquetado electrónico evita que se gaste mucho más papel a la hora de indicar precios de los productos
Se trata de un etiquetado electrónico o ESL (Electronic Shelf Labels), que está conectado de forma inalámbrica a un sistema centralizado y que permite la transmisión rápida de datos como la descripción del producto y su precio. De este modo, las etiquetas electrónicas muestran la información necesaria en una pantalla digital y en tiempo real.
Tras el éxito de la prueba piloto con el etiquetado electrónico realizada recientemente en sus tiendas de Zaragoza, la cadena ha decidido desplegarla de forma progresiva hasta 2024 en las más de 650 tiendas que tiene en España.
La directora de RSC de Lidl España, Michaela Reischl, asegura respecto al etiquetado electrónico y la producción sostenible que “como empresa nos encontramos ante una constante búsqueda de procesos y soluciones que nos permitan reforzar nuestro compromiso con la conservación de los recursos y que a su vez supongan una mejora tanto en la experiencia de compra de nuestros clientes como en la gestión del equipo de tienda”.
La compañía siempre continúa en la búsqueda de soluciones que ayuden a reducir su huella y a mejorar la experiencia de compra de sus clientes
La cadena resalta que además de las ventajas medioambientales, la iniciativa del etiquetado electrónico contribuye con la mejora de la experiencia de compra y la comunicación con el cliente en el punto de venta, ya que, entre otros, garantiza la uniformidad visual y la nitidez de la información vinculada al precio y a la descripción de los productos.
Con ello también se evitan las dificultades de lectura que pueda generar el papel por una mala calidad de impresión o una incorrecta ubicación del cartel en los productos.
Asimismo, esta tecnología del etiquetado electrónico también simplifica uno de los procesos más recurrentes en una tienda, gracias a la automatización centralizada del cambio de descripción y precio de los productos. De este modo, el equipo de tienda puede dedicar más tiempo a otras tareas de mayor valor añadido como la atención al cliente, entre otras tareas de una mayor envergadura.
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