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Un reciente estudio elaborado por investigadores pertenecientes a la Unidad de Nutrición Humana de la Universidad Rovira i Virgili (URV), ha concluido que consumir 60 gramos de frutos secos al día mejora la función sexual.
Para el estudio se seleccionaron participantes sanos y en edad fértil con el fin de analizar si existe algún efecto positivo del consumo de frutos secos en la función sexual. Dicho análisis se diseñó en el marco del proyecto ‘Fertinuts’, creado para evaluar los efectos del consumo regular de frutos secos sobre la calidad del semen.
De ello, la prevalencia de disfunción eréctil y sexual se estableció en un 2% en hombres menores de 40 años, alrededor de un 52% en hombres de entre 40 y 70 años y en más de un 85% en hombres mayores de 80.
Factores de riesgo fruto del alcohol, el tabaco y el estrés
En cuanto a los factores de riesgo relacionados con el estilo de vida que se asocian con la disfunción sexual y eréctil, se incluyen el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la falta de actividad física, el estrés y las dietas no saludables.
Del mismo modo, este grupo de investigación ya había descrito que algunos frutos secos (nueces, avellanas y almendras) provocaban una mejoría de la calidad espermática. Sin embargo, aún no existían estudios que pusieran de manifiesto el papel de éstos sobre la función sexual.
La muestra del presente estudio se basó en la dieta occidental que seguían 83 individuos. A su vez, éstos se dividían en dos grupos. Uno de ellos mantuvo su dieta habitual durante 14 semanas, mientras que el otro añadió a su dieta diaria 60 gramos de frutos secos, entre los que se encontraban avellanas, nueces y almendras.
Los frutos secos dan resultado
La conclusión del estudio fue clara, ya que los resultados obtenidos subrayan que la adscripción a una dieta occidental no saludable, puede tener unos efectos positivos en el deseo sexual y la función orgásmica si se complementa con estos frutos secos.
Los investigadores también apuntan que se requieren estudios con más participantes para confirmar estos resultados y aclarar los posibles mecanismos implicados en estos beneficios.
El estudio, que ha sido publicado en la revista científica ‘Nutrients’, ha sido realizado por el investigador postdoctoral Albert Salas-Huetos, actualmente trabajando en la University of Utah, en colaboración con la Unidad de Nutrición Humana de la Universidad Rovira i Virgili y del Ciberobn liderado por el profesor Jordi Salas-Salvadó.
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