Lectura fácil
Cuando una mascota llega a casa, se convierte en un miembro más de la familia. En el caso de que en el hogar allá niños, el animal es aún más querido por los más pequeños.
Muchos pequeños atraviesan una etapa en la que piden incesantemente un animal de compañía. No les importa tanto qué tipo de animal. Sino que piden uno para interactuar con él, aspecto que suelen compartir con sus compañeros escolares.
Una vez que la mascota llega, en muchas ocasiones se crea un vínculo muy especial entre el niño y el animal. Es por ello que cuando llega la hora de decir adiós es mucho más dura para los pequeños de la casa.
La muerte provoca en algunos niños determinadas reacciones que necesitan ser atendidas, y por supuesto, los adultos tienen en su mano el hecho de saber cómo y de qué manera se les debe explicar lo sucedido.
¿Cómo se debe explicar a un niño la muerte de su mascota?
Desde la Fundación Mario Losantos, recomiendan que lo primero es comunicar al niño, o niños, la muerte del animal. Ya que es imposible querer proteger al niño de todo.
Tener en casa el tema de la muerte como algo tabú es desprotegerles y crearles futuros daños que se pueden reflejar a lo largo de sus vidas.
Los expertos de la Fundación dan algunas claves para saber cómo explicar la muerte de la mascota a los niños:
- Es bueno y recomendable que el niño sepa que su animal está enfermo. Si quiere, también puede acompañarlo en sus visitas al veterinario.
- Cuando fallece, se debe notificar al niño lo ocurrido y lo que esto implica.
- Podemos comentarle a los pequeños que se pueden donar las pertenencias de la mascota a alguna protectora que las utilice, recoja y guarde, por si hay otros animalitos que las necesitan.
- Es bueno que tanto el menor como nosotros echemos de menos a la mascota. Por eso, hay que explicar al niño que iremos a por otro animal de compañía cuando sea el momento.
- Hacer saber a los niños cuál es la esperanza de vida de las mascotas que tenemos.
- En caso de que la mascota precise de la eutanasia, le explicaremos al menor que se trata de un procedimiento habitual cuando están enfermas, ya que no pueden explicarnos su dolor, y esto se hace porque los animales ya no pueden recuperarse, no comen, pierden peso y sufren.
- Si detectamos que existe un sentimiento de culpa en el menor por el cuidado de la mascota, hay que hacerles entender que no son ellos los que han causado la muerte del animal. Y, si es necesario, también les explicaremos que a veces ocurren accidentes y que, en la mayoría de las ocasiones, no hay ninguna intención de hacer daño.
- Conviene dejar que el niño exprese sus emociones, y hay que evitar frases cómo “Sólo era un animal”, “No es para tanto”. Dejaremos que el niño exprese lo que siente por la pérdida de su mascota y lo normalizaremos con frases como: “Es normal, pasasteis mucho tiempo juntos”, “Ha sido una buena mascota y la has cuidado mucho”, “Ha tenido una vida muy feliz”.
Las dudas que les pueden surgir tras la ausencia de la mascota
Puede darse la situación de que la pérdida de la mascota despierte en los niños las dudas sobre la muerte. Se ha de responder lo que sepamos con cariño y delicadeza, y les diremos lo que no sepamos.
Podemos pedir al veterinario que nos ayude a explicar a nuestros hijos sus procedimientos y ayudarles así a normalizar este tema tan controvertido.
También se puede asistir a centros como la Fundación Mario Losantos, donde ofrecen un servicio gratuito de Psicoterapia de duelo infantil, para que nos den una charla dirigida a padres y profesores en cualquier centro educativo.
Comunicar un fallecimiento, tratar el tema de la muerte son dos temas que pueden causar diferentes reacciones en los adultos
La pérdida de una mascota puede servir para introducir el tema de la muerte desde la naturalidad, que es el mejor modo de hacer las cosas. Algunas veces, es la primera experiencia que tienen los pequeños con la muerte.
Por ello, es de vital importancia actuar de manera adecuada, ya que al ser el primer contacto, en algunos casos, esto determina en gran medida como se vivirán las demás muertes que se produzcan a lo largo de su vida.
Muchas veces, la primera reacción de los adultos es sustituir a las mascotas, o "maquillarles" la realidad diciendo que la mascota se ha ido de viaje, o buscarle una muy parecida, diciéndole que es que ha pasado por la peluquería para cubrir las posibles diferencias.
Esta forma de querer sobreproteger a los menores con respecto a la muerte confunden al menor, por lo que es preferible afrontar el hecho contándole la verdad.
Añadir nuevo comentario