La microbiota también podría jugar un papel esencial en el desarrollo de la inteligencia y la memoria

La microbiota se ha convertido en uno de los principales centros de investigación en estos últimos años, debido a los importantes hallazgos que se han hecho con respecto a la estrecha relación que existe entre esta y nuestro sistema nervioso. Estos descubrimientos han supuesto una auténtica revolución en la forma de comprenden cómo nuestro sistema digestivo llega a intervenir en nuestra salud tanto física como mental a través de una comunicación bidireccional.

Ahora la microbiota vuelve a ser protagonista de otro importante hallazgo, después de que se publicase un extenso estudio en la revista científica 'Cell Host & Microbe', donde se detalla la implicación de esta en el desarrollo cognitivo de las personas. En esta investigación han colaborado varios científicos de diferentes países, incluyendo Alemania y España. En el caso de nuestro país, ha participado José Mataix, científico del instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos.

La microbiota ha demostrado estar estrechamente relacionada con el desarrollo cognitivo

Los resultados obtenido en esta investigación han demostrado que la microbiota se encuentra estrechamente relacionada con el desarrollo de la cognición en todo lo referente a la memoria y también a la inteligencia. Para Antonio Suárez, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la UGR y coordinador de este estudio, el hallazgo podría traer consigo nuevas terapias innovadoras para "mejorar el neurodesarrollo infantil, mediante el uso de compuestos o microorganismos probióticos".

Cada vez son más los estudios que constatan que nuestra microbiota regula de forma directa partes de la fisiología y la actividad de nuestro sistema nervioso central, señalando de forma evidente una comunicación bidireccional entre ambos, que se realiza a través de transmisores químicos, el sistema inmunológico y ciertas vías neuronales. Tal es su relevancia que ahora se le ha denominado como el eje microbiota-cerebro.

Con esta base asentada, muchos estudios han dado con importantes descubrimientos, como el hecho de que una alteración en la misma puede estar relacionada con enfermedades como el autismo, el Parkinson, el Alzheimer o incluso la esclerosis múltiple, así como otras que tienen que ver más bien con el comportamiento, como la hiperactividad, el trastorno por déficit de atención o incluso con otras relacionadas con la salud mental como la ansiedad o la depresión.

Un paso hacia adelante

Con esta nueva investigación los científicos han conseguido dar con una vinculación directa entre el neurodesarrollo infantil y los organismos que viven en nuestro intestino. Lo hicieron observando la respuesta cognitiva al test de Bailey, que mide tanto el desarrollo motor como el socioemocional, el lenguaje y el desarrollo cognitivo, a través de ratones a los que se les había trasplantado microbiota de diferentes bebés de 6 meses.

Así pudieron ver la diferencia de respuesta según la microbiota y dar con pruebas concluyentes sobre su relación con el cerebro. Los análisis posteriores mostraron que ciertas bacterias como las de los géneros Phocaeicola, Bacteroides y Bifidobacterium se relacionaban positivamente con la inteligencia y la memoria. También observaron que los cambios en estas últimas, podían mejorar tanto la memoria como la cognición infantil.