La UE acuerda poner medidas más contundentes en el etiquetado de la miel procedente de importaciones, para evitar los fraudes

La miel es un alimento muy consumido par ala gran mayoría de personas. Capaz de endulzar y darle un toque diferente a todo tipo de alimentos, es buena compañera en la cocina y también para tratar algunos catarros leves. En España existe una industria de este producto nada despreciable, pero se han visto en problemas por la llegada de productos importados de otros países, sobre todo porque estos se encontraban adulterados siendo vendidos como auténticos y puros.

La Unión Europea importa una gran cantidad de miel para atender las necesidades de demanda. Lo hace sobre todo de países como China, Turquía o Reino Unido. Sin embargo, a principios de este año la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF), en colaboración con el Centro de Investigación Conjunta de la UE, descubrieron que el 46 % del total de las importaciones de miel eran de una calidad baja o adulterada con agua o jarabes de azúcar.

La Unión Europea luchará contra el fraude de la miel

Desde el momento de tal descubrimiento, la Unión Europea se puso en marcha para poner una solución a este caso, considerado como fraude alimentario. Casi a punto de cerrar el año, los Estados miembros finalmente han llegado a un acuerdo. Lo aseguró este lunes en Bruselas el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, a su llegada a la segunda sesión del Consejo de Ministros de la UE.

Planas explicó que se ha cerrado una posición del Consejo para su discusión con el Parlamento, que prevé que la etiqueta del envase de miel refleje “no solo el país de origen, sino también el porcentaje”, de cantidades con las que se ha producido la misma, además de señalando la procedencia de cada Estado en caso de mezclas. Según el estudio presentado por la OLAF, desde Reino Unido llega un 100 % de mieles adulteradas, seguido de cerca por Turquía, con un 93 % de los casos.

“Se trata de una magnífica noticia para nuestro sector de la apicultura”, proclamó el ministro en la misma intervención. “Era una reivindicación de nuestro pequeño pero gran sector, y una magnífica decisión que siempre ha defendido España de forma muy aislada con otros dos o tres países. Pero en Bruselas las cosas se consiguen con perseverancia y trabajando duro”. Así, a partir de ahora, será más necesario que nunca revisar correctamente la etiqueta de la miel.

¿Cómo podemos saber que es pura?

Existen dos formas muy sencillas si hemos comprado mieles adulteradas o si son puras. La primera de ellas es fijarnos efectivamente en la etiqueta. Si están adulteradas encontraremos ingredientes como el "jarabe de glucosa" o incluso agua u otro tipo de jarabes.

Por otro lado, también puede saberse a través de una sencilla prueba. Solo necesitamos verter una cucharada de la misma en un vaso de agua, si la miel llega hasta el fondo del vaso y hace grumos, podemos estar seguros de que es pura.