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Según datos facilitados por las Naciones Unidas (ONU), para 2030 harán falta 600 millones de puestos de trabajo para poder absorber la "creciente fuerza laboral mundial". Un enorme reto, que se complica aún más para los países en desarrollo, pero que puede abordarse a través de la promoción de las MIPYME, Microempresas y las Pequeñas y Medianas Empresas. Un sector que oxigena muchas economías, como la española, sin necesidad de buscar ejemplos fuera.
Y es que las MIPYME generan la mayor parte de empleos a nivel global, llegando a suponer 7 de cada 10 empleos en la actualidad. Sin embargo, también se enfrentan a sus propias dificultades, Según Naciones Unidas, encuentran grandes dificultades para encontrar financiación y poder seguir creciendo. Concretamente, el 41 % de estas empresas, tiene graves obstáculos para acceder a la financiación en países menos desarrollados, aunque la tendencia es igual de elevada en otros países.
La importancia de las MIPYME en el mundo
Para poder dar un empujón y mayor visibilidad a las MIPYME en el mundo, desde la ONU propusieron la celebración del Día Internacional de las Microempresas y las Pequeñas y Medianas Empresas. Con este empuje, no solo pretenden generar consciencia social sobre el apoyo que estas empresas necesitan, sino que esto también se traduzca en mejores políticas que sirvan como un campo de cultivo para su expansión y apoyo.
Al fin y al cabo, las MIPYME suponen nada más y nada menos que el 90 % de todo el tejido empresarial mundial, y entre el 60 y 70 % del empleo general, además de aportar el 50 % del PIB global, según datos de Naciones Unidas. Por tanto, no es de extrañar que estas empresas, sean consideradas como la columna vertebral de las sociedades y economías a nivel internacional. Además, suponen una vía para la subsistencia de colectivos vulnerables, como las mujeres, los jóvenes o las personas con menos recursos.
Las MIPYME, a pesar de suponer una fuerza de empelo y de desarrollo económico a nivel global, son muy vulnerables a circunstancias adversas como la inflación o la interrupción de las cadenas de suministro. Circunstancias que por otra parte han derivado de conflictos armados, tensiones geopolíticas, el golpe de la pandemia o la dependencia de materiales y energía para la producción. Por este motivo, necesitan un especial apoyo desde las instituciones para aguantar las tempestades del mercado.
El futuro en las manos de las mujeres y los jóvenes
De forma generalizada, las mujeres y los jóvenes suelen tener mayores dificultades para acceder al mercado laboral o a ocupar puestos alejados de la precariedad.
Por este motivo, las MIPYME suelen ser la salida más habitual para empezar a generar recursos. Sin embargo, estos colectivos también se enfrentan a la escasa financiación y el poco apoyo de las instituciones, lo que acaba generando mayores vulnerabilidades para su subsistencia. Sin embargo, en ellos se encuentra un poderoso motor de cambio, transición y fortaleza del tejido empresarial, por lo que apoyarlos es más que necesario.
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